La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Paula Sánchez de León, ha transmitido este martes al presidente de la Federación Valenciana de Estudiantes, Albert Ordóñez, que no piensa dimitir, y le ha indicado que no eliminarán los cargos imputados a las personas detenidas en las protestas estudiantiles.

Sánchez de León se ha pronunciado en estos términos en la reunión que ha mantenido con Ordóñez, que se ha prolongado durante una hora, y en ella, este último le ha entregado a la primera un decálogo de actuación para que la Policía no haga cargas.

Durante el encuentro, Ordóñez ha pedido su dimisión y la del jefe superior de Policía de Valencia, Antonio Moreno, algo que lo que la delegada se ha opuesto. En concreto, le ha comentado --siempre según su versión porque Sánchez de León no ha atendido a los medios-- que no iba a dimitir porque "eso son cosas técnicas de la Policía Nacional".

En este sentido, le ha señalado que no iba a depurar responsabilidades políticas, y no les ha pedido perdón. Aunque sí ha dicho --tal y como ha relatado-- que está "triste" por lo que ha pasado, al igual que el que "dijo que los estudiantes eran los enemigos".

TIENEN QUE COMUNICARLO

Ordóñez ha afirmado que la delegada les ha transmitido que espera que no haya más cargas policiales, y les ha dicho que están en su derecho a manifestarse, pero les ha recordado que para ejercerlo tienen que hacer las comunicaciones oportunas. De esta forma, les ha aseverado que no habría cargas. Por este motivo, el presidente de la federación ha avanzado que comunicarán a Delegación las manifestaciones que organicen.

Por otro lado, ha lamentado que la delegada le ha comunicado que no los detenidos en las protestas no van a liberarse de su carga judicial. "Están en libertad con cargos y van a continuar así. En este país la justicia no existe", ha lamentado.

Por último, y ante el resultado de esta reunión, ha afirmado que mañana volverán a llenar las calles de Valencia y acabarán la marcha en Delegación a grito de "delegada dimisión". El día 28 también habrá una jornada de movilizaciones y el día 29 una huelga de enseñanza, ha avanzado.

Esta misma mañana, Paula Sánchez de León solicitó que se iniciara "un expediente informativo" y aseguró que "si se deriva algún tipo de exceso policial" de dicho informe, "se depurarán responsabilidades". "El hecho de que un grupo de radicales o un grupo de determinadas personas haya aprovechado una determinada situación no justifica comportamientos individuales que rechazo", ha sentenciado.

Sánchez de León recalcó que la Delegación del Gobierno en la Comunitat y el Ejecutivo estatal están "abiertos al diálogo permanente" y ha apelado "a la serenidad, al diálogo y al aislamiento de la violencia para dar una solución cívica a esta situación", a través de los "cauces de diálogo y cauces razonables" existentes.

En cuanto al término "enemigo" que utilizó este lunes el jefe superior de Policía de la Comunitat Valenciana, Antonio Moreno, para referirse a los manifestantes, ha reconocido que "no era el término más afortunado para la situación" y ha destacado que el propio Moreno le ha trasladado que "entiende que fue una equivocación" y que "ha dado lugar a unas interpretaciones que no tocaban en ese momento".

"NO HAY AMIGOS NI ENEMIGOS"

Al respecto, ha remarcado: "Aquí no hablamos de enemigos, los ciudadanos son todos ciudadanos y no hay amigos ni enemigos, los cuerpos y fuerzas de seguridad cumplen su función y los ciudadanos tienen todos sus derechos cívicos perfectamente reconocidos".

Sánchez de León ha pedido "serenidad y cordura" a "absolutamente todos" los implicados en esta situación para lograr que "la situación se normalice", al tiempo que ha destacado que "todas estas protestas y quejas, en un estado de derecho como el nuestro, son legítimas y saludables y deben tener un cauce democrático, cívico y pacífica". En este punto, ha defendido que el derecho de reunión y el derecho de manifestación "tienen que ser engrandecidos entre todos y separarlos de las provocaciones que, lejos de engrandecerlo, lo empequeñecen".

"NO HAY NADIE QUE ESTÉ CON UN MANDO A DISTANCIA"

Según ha explicado, "ayer el tema desde el mediodía se desmadró y a partir de ahí, no hay nadie que esté con un mando a distancia tomando decisiones", sino que los agentes actuaron porque creyeron que "era el momento" y sus "superiores" tendrán que ver si respaldan esa decisión o si "han de tomar medidas si alguien ha actuado de forma individualizada". "Esas situaciones se producen en la calle, no en los despachos, y es en la calle donde se toman las decisiones, y ahora yo sí que asumo absolutamente la responsabilidad de reordenar esto para que no se vuelva a producir", ha concluido.