La decisión está prácticamente tomada. Rafael Blasco será relevado como síndic del PP en las Corts a la primera decisión judicial que cuestione de forma directa su gestión al frente de la ya extinta conselleria de Solidaridad. Únicamente queda esperar el camino que acabe tomando la investigación sobre la trama corrupta de ONG ligada al departamento de Cooperación de la Generalitat, una red desmantelada por la Policía en una operación saldada con la detención de catorce personas, entre ellas, dos altos cargos del Consell, ya destituidos por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. Blasco era el responsable directo de los arrestados aunque, de momento y como reconocieron ayer desde la Generalitat, todavía no hay nada contra el portavoz del PP.

Rafael Blasco, el único dirigente político que ha ejercido como conseller tanto con el PP como con el PSPV, está contra las cuerdas y el futuro de su larga carrera depende, casi en exclusiva, del avance de la investigación judicial de la red de ONG, con un desvío que podría llegar a los siete millones de euros. Al mínimo resquicio que ponga en duda la gestión de Blasco, el presidente Fabra ejecutará su relevo, tal como apuntaron fuentes del PP que, en cualquier caso, dieron por hecho que, en último extremo, se verán obligados a tomar una decisión drástica que, en la práctica, llevaría a Blasco al final de su etapa pública. El ahora síndic del PP ya fue destituido en 1989 por el entonces presidente de la Generalitat, el socialista Joan Lerma, en medio de un escándalo urbanístico. Salió absuelto al anularse una parte de las escuchas.

Fuentes del PP apuntaron que Alberto Fabra está decidido a cortar por lo sano para evitar que la situación se le escape de las manos, justo ahora que el PP, posiblemente, atraviesa por el momento más complicado de sus 17 años al frente de la Generalitat. No se puede permitir ni un sólo desliz para que su labor en el Consell tenga un mínimo de credibilidad. En este sentido, estas mismas fuentes asumieron que Blasco no saldrá indemne de este envite y que, por tanto, a Fabra no le quedará otra salida que promover su relevo. ¿Cuándo? Esa es la cuestión. Nadie lo sabe. Todo depende de la actuación judicial. Si, finalmente, aparece ligado a la trama, Blasco caerá de inmediato.

De hecho, ayer, en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell, el vicepresidente, José Císcar, vino a marcar implícitamente la "línea roja" que marcará el futuro del portavoz en las Corts. Inquirido sobre la exigencia de destitución del portavoz popular planteada por la oposición, Císcar señaló que "en estos momentos, y por la información de que disponemos, no hay ningún tipo de imputación contra el señor Blasco". "Con lo cual -señaló acto seguido-, no tenemos por qué dudar de su honorabilidad".

Ni una palabra para defenderlo

"La oposición está en su papel de pedir dimisiones pero nosotros nos tenemos que mover por evidencias, por hechos", argumentó el vicepresidente del Consell. "Y de la misma manera que hay imputaciones y detenciones de otros altos cargos -en referencia a los destituidos Felip y Català-, en estos momentos lo que sabemos es que no se ha establecido en este procedimiento judicial ningún tipo de medida contra el señor Blasco". El hombre fuerte de Fabra no dedicó ni una solo palabra para defender al portavoz y su gestión al frente de Cooperación.

Blasco acudió ayer a las Corts a su despacho a primera hora, como cualquier día normal, en incluso bajó a almorzar a la cafetería del Parlamento, donde coincidió con otros diputados. "Está absolutamente tranquilo porque, en lo que se refiere a los expedientes, está todo perfecto", explicaron fuentes cercanas al síndic popular. Blasco mantuvo la agenda "con total normalidad" y recibió a varias personas con las que había concertado citas con anterioridad a la operación judicial.