La sede del PP de la Comunitat Valenciana fue objeto durante la madrugada del domingo de varias pintadas. Tres leyendas en las que se insultaba al partido con un "hijos de puta", "corruptos" o "PP=mierda". La agresión se produjo en la misma fachada del edificio y también en el acceso al aparcamiento que hay en medio de la plaza. El secretario general del partido, Antonio Clemente, emitió un comunicado para formular "su más enérgica repulsa al ataque perpretado contra la sede en forma de pintadas ofensivas e insultantes".

Lo cierto es que no es la primera vez que la sede de la calle Quart sufre una agresión de este tipo, que en Valencia también han padecido formaciones de todo el espectro político. Hace dos años, coincidiendo con el 9 d'Octubre, el edificio del PPCV recibió el impacto de globos con pintura.

Con todo, los incidentes se han reproducido en el contexto de las protestas estudiantiles que han arreciado esta pasada semana tras las cargas policiales en el IES Lluís Vives. Prácticamente todas las jornadas de movilización que han pedido la dimisión de la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, han tenido una estación de protesta ante la sede del PP. El martes, miércoles, jueves -en dos ocasiones- y el viernes de la semana pasada se produjeron concentraciones en la calle Quart. Algunas de forma anunciada y otras espontáneas.

Un hecho que ha trastocado en alguna jornada el ritmo de los trabajadores del partido, a los que la Policía Nacional recomendó no acudir por la tarde. El martes, en la primera de las concentraciones, se produjo el lanzamiento de varios huevos contra la fachada.

En este sentido, Clemente también condenó "las continuas concentraciones sin notificar", con "lanzamiento de objetos, insultos". También el "acoso al que se han visto sometidos dirigentes del PPCV en sus domicilios particulares", en referencia a las concentraciones realizadas frente a los domicilios de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps. Así, desde el PPCV realizaron un llamamiento a la "serenidad y la responsabilidad para que aquellos que, en su legítimo derecho a protestar y manifestarse, lo hagan dentro de las normas del Estado de Derecho, el respeto y la legislación vigente".

Esta agresión a la sede del PPCV, en cualquier caso, no no es un hecho extraordinario en la ciudad de Valencia. La formación Compromís ha visto cómo el local que tenía en la calle Conde Trénor sufrió durante 2010 y 2011 varios ataques, con pintadas y rotura de cristales en los que se exhibía los rostros de Enric Morera y Mònica Oltra, números uno y dos de la coalición.

También hace un año la formación valencianista tricolor "Units per Valencia" sufrió pintadas en su sede de Almàssera tras realizar un acercamiento a las tesis de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL).

Y la sede del PSPV, en la calle Blanqueries, también ha sido atacada con lanzamiento de globos con pintura roja, dos episodios que se produjeron en abril de 2010 y en enero de 2011 y que incluso generó la rotura de un cristal.

Durante la legislatura pasada el número de agresiones a sedes de partidos y entidades políticas se acercó al medio centenar en todo el territorio.