"¿Dígame alguno que esté bien?" "¿Cuál es el mejor?" Estas son las preguntas que más escucharon ayer los empleados de la Conselleria de Hacienda y Administraciones Públicas encargados de la exposición de los 42 vehículos oficiales que la Generalitat subastará el próximo sábado 21 de abril. Ante ellos 37 vehículos Ford Mondeo 2.0 (140 CV) Sedan y otros 5 Ford Focus 1.6 (100 CV) Sedan. Todos ellos de color azul y de gasolina.

Y es esta última circunstancia la gran pega que ponen los futuros compradores de esta primera subasta de coches oficiales de directores generales y otros altos cargos que impulsa la Generalitat dentro de su plan de medidas de ahorro.

Así, un hombre vestido con un mono de faena se despide del guarda de acceso al Centro de Archivos y Logística que la Generalitat tiene en Riba-roja con un "Ya están vistos. No interesan, son todos de gasolina".

Como él, la mayoría de las cerca de 20 personas que en la mañana de ayer acudieron a Riba-roja durante el primer día de apertura de la exposición - que se puede visitar los lunes, martes y miércoles de 12 a 14 horas, y de 17 a 19 horas- iban en busca de un coche diesel.

De este modo, Francisco, un vecino de Sedaví, que acude en busca de un coche barato "para el chico" - dice mirando a su hijo-, da pie a una escena propia de un concesionario de coches de segunda mano cuando se dirige al personal de la conselleria. "Estamos viendo que son todos gasolina, y al precio que está ...!" "Pero hombre, si la gasolina es ya más barata que el diesel", le replica el técnico de la Generalitat. "Ya, pero el motor de gasoil consume un 33% menos... ", añade. "Pero, las averías del diesel son más caras", retruca el funcionario trasmutado en vendedor de coches. "Es verdad, lo que no se va en suspiros se va en lágrimas", asiente Francisco ya casi medio convencido.

Mientras, su hijo, que quizás pronto conduzca un coche de director general, se sorprende de que "están impecables" tanto por fuera como por dentro. "Están bien, porque seguro que los altos cargos los han cuidado", tercia el padre. En este sentido, el personal de conselleria recurre a los tópicos del manual del buen vendedor: "Tienen hechas todas las revisiones en servicios oficiales, han sido conducidos por un solo chófer, siempre han estado en garaje, se han usado para trayectos largos y tienen la ITV pasada, y su kilometraje es real". Además, a quién lo pida, están dispuestos a facilitarles el histórico de las averías del vehículo.

"Como mucho pujaré 200 euros más"

Además de los padres a la caza de un coche barato para sus hijos, la otra gran mayoría de visitantes de la exposición son parejas con niños pequeños que buscan un vehículo más grande al crecer la familia. En esta casuística está Alexei, que viene de Alzira con su pareja y su hijo de seis meses.

"Me hace falta un coche más grande, el nuestro con el bebé se ha quedado pequeño", dice. Le ha echado el ojo a un Mondeo de 9 años con 243.742 km y un precio de salida de 1.945 euros - uno de los ocho más caros -. Observa hasta el último detalle, así se fija hasta en si el pomo del cambio de marchas está rozado para ver el uso que se le ha dado al automóvil.

"Está bien mantenido - continúa -, pero tiene muchos kilómetros y es de gasolina... El precio es bueno, pero como mucho pujaré 200 euros más". Ha recogido la información para participar en la subasta, pero cree que será difícil salir de ella sobre ruedas: "Seguro que vendrá gente de concesionarios y ofrecerá mucho por los coches, para luego revenderlos y sacar dinero, pero yo no voy a pagar más".

Los vehículos oficiales pasarán de 150 a 51

Las medidas de ahorro del Consell aspiran a recortar en 91 vehículos los actuales 150 coches oficiales. Un portavoz de la Generalitat explicó ayer que el objetivo es dejar el parque móvil "en 13 automóviles para las conselleries y 37 para el segundo escalón". Tras esta primera subasta "habrá otra en junio con el resto de coches a retirar", añade.

Han recorrido 621 veces la distancia entre Vinaròs y Pilar de la Horadada

Los 42 coches a subasta tienen de media 248.511 km, lo que supone haber hecho hasta 621 veces el trayecto por carretera entre Pilar de la Horadada y Vinaròs, los dos municipios que marcan el límite sur y norte de la Comunitat Valenciana.