"Por favor corra usted que una pasajera tiene una fuerte hemorragia y al hospital no llegamos". Esa fue la frase que hizo que la mente de José Manuel Esteve -conductor de la Empresa Municipal de Transportes (EMT)- se activara en el acto con un único objetivo: llegar desde la Cruz Cubierta hasta la Nueva Fe en el menor tiempo posible. Por eso, le dijo al pasajero en cuestión -que se había identificado como médico- que advirtiera al resto de usuarios de que iba a hacer caso omiso de las tres paradas que restaban para llegar al centro hospitalario. Pisó el acelerador, puso el autobús de la línea 64 a 80 kilómetros horas, adelantó al compañero que conducía la línea 8 y se saltó las tres paradas y "algún que otro semáforo". Al parecer, su actuación sirvió para salvarle la vida a la joven.

El suceso ocurrió hace tres días a las 21 horas pero, hasta ayer, no tuvo trascendencia alguna. José Manuel Esteve lo contó en su casa como una anécdota, tras comentarlo con algunos conductores, sin darle mayor importancia. "Es lo que hubiera hecho cualquiera de mis compañeros", afirmaba ayer con cierta timidez.

Dos días después del incidente, desde el nuevo hospital La Fe llamaron a la EMT para "dar las gracias al conductor y hacerle saber que con su gesto salvó la vida de la pasajera, que tuvo que ser operada de urgencia a causa de la hemorragia", aseguraron ayer desde la empresa municipal de transportes. Y saltó la liebre. Por unos instantes José Manuel Esteve se vio como protagonista de una noticia que aún no acaba de creerse. "Dejé a la chica en la puerta del hospital y me quedé tranquilo, porque el pasajero que era médico me dijo que ya había avisado al centro hospitalario y que el personal de urgencias se encargaría de ella. Entre dos personas bajaron a la joven del autobús y deseé que se mejorara", relató ayer el protagonista de esta historia. Luego siguió con su jornada laboral hasta las 23 horas.

Los protagonistas

Eso sí, José Manuel Esteve quiso ayer recalcar que incidentes como éste ocurren "casi a diario". "Nos pasamos todo el día en el autobús y en los viajes pasan cosas. Los accidentes más frecuentes son infartos, y siempre se actúa de la misma manera. Lo marca el protocolo. Tal vez si damos a conocer historias como ésta consigamos mejorar la imagen que hay sobre los conductores de autobús porque no tenemos buena fama", explicó Esteve.

Esteve, además, quiso desearle a la mujer a la que le salvó la vida una pronta recuperación, porque se acuerda de ella a la perfección. "Subió en la parada de metro de plaza de España y me pidió un billete. Era negra, muy delgada y joven (unos 20 o 25 años). Me fijé en la joven porque le costaba bastante respirar", recordó el conductor. En el vehículo de la línea 64 había 15 personas cuando ocurrió el suceso. Nadie protestó, ni alzó la voz ni se quejó de que el autobús no parara donde correspondía. "Cuando hay una urgencia así se agradece la solidaridad y la comprensión de la gente".