El arquitecto Santiago Calatrava rozó los cien millones de euros en honorarios por sus proyectos y dirección de obra en la construcción de la Ciutat de les Arts gracias a un sistema de retribuciones en el que se primaba la generación de sobrecostes. Dicho en palabras del diputado de Esquerra Unida Ignacio Blanco, se pagaban los "errores, improvisaciones y caprichos" del propio arquitecto. La documentación exhumada por Blanco, tras sus visitas a Cacsa, revela que los contratos firmados por el Consell del PP -tras la llegada de Eduardo Zaplana, en julio de 1995- mejoraron notablemente las tarifas del artista de Benimàmet. En vez de percibir un porcentaje sobre el presupuesto del proyecto básico y de ejecución, como se estipulaba en los contratos suscritos en 1991 y 1992 con la Generalitat socialista, pasó a cobrar una parte del "coste real total" de la obra, esto es, el presupuesto más los sobrecostes generados por los diversos modificados que realizaba el propio arquitecto. En ese sistema de primar la eficiencia inversa, se aumentó, además, el porcentaje las retribuciones. Así, en l'Hemisfèric y en los primeros trabajos del Museu Príncep Felipe, desarrollados antes de 1995, Calatrava ingresó el 6,5% sobre el presupuesto del proyecto y un 4,5% por dirección de obra. Este segundo concepto de honorarios, de mucha menor cuantía que la redacción del proyecto, siempre se ha calculado sobre el coste real. Con el nuevo sistema tarifario, el autor de la arquitectura del complejo de ocio logró otra ventaja añadida al percibir en total un 12% del coste de la obra: el 7,5% por proyecto -un punto más- y el resto, por dirección de los trabajos.

Estas ventajas tuvieron vigencia desde el 1 de septiembre de 1996 en siete de las ocho pirámides que conforman esa especie de Valle de los Reyes que es Cacsa. L'Oceanogràfic fue la excepción. Es el único elemento del complejo que no lleva la firma de Calatrava. La empresa pública valenciana abonó por costes del proyecto básico y de ejecución el 5% del coste del presupuesto, sin computar sobrecostes.

El diputado Blanco subrayó que en el caso de l'Ocenogràfic -"el único edificio que es rentable", recordó-sí se abonó el IVA, "lo que no se hizo con Calatrava pese a que la legislación española así lo exige". "Sin hablar del impuesto de sociedades que, al cobrar vía Zurich, tampoco fue abonado en España pese a que los trabajos se hacía en Valencia, aquí mismo en casetas", denunció Blanco. "Es cuestionable legalmente e inadmisible políticamente que una Administración pública como la Generalitat concierte la evasión de impuestos en el pago de honorarios tan multimillonarios", insistió.

138.000 euros en plano con marco

Blanco se plantó ayer en el lugar del crimen, en la explanada que separa el Museo del Ágora para ir desgranando las cuentas del "derroche" faraónico -1.102 millones gastados, más del doble de lo previsto- en lo que bautizó como "el símbolo de una época, de la irresponsabilidad y de los delirios de grandeza de unos gobernantes que nos han arruinado como pueblo y han dejado la Generalitat al borde de la quiebra técnica". EU anunció ayer que exigirá "responsabilidades políticas" por la inversión el "irresponsable" uso del dinero público, así como le retiren la Alta Distinción de la Generalitat.

La documentación aireada por Blanco pone de relieve que, al margen de los 94 millones que cobró el arquitecto (15.642 millones de pesetas), cantidad que roza los cien si se suman contratos firmados con el Ivvsa y Vacico -antecedente de Cacsa- se pagaron, en concepto de extras, gastos de fotocopias, viajes y dietas a Calatrava. En el proyecto de las Torres, que nunca se ejecutó, el arquitecto ingresó, además de los 15 millones del proyecto, otros 137.920 euros por la "maqueta" y "planos enmarcados". No se concreta de qué material era el marco.

Císcar: "La inversión se ajusta a la envergadura"

El vicepresidente del Consell, José Císcar, quiso subrayar ayer que las cuentas de Cacsa están auditadas "como no podía ser de otra manera" y que la inversión que ha llevado a cabo "se ajusta a su envergadura y singularidad". Císcar respondió así a la denuncia de Ignacio Blanco (EU) sobre los multimillonarios emolumentos pagados a Santiago Calatrava. "Los contratos están para cumplirse y nos ajustamos a aquello que esta suscrito y que es obligación cumplir", comentó al respecto. Destacó el "ejercicio de transparencia" realizado por el Consell "porque ha puesto a disposición de un diputado que así lo solicitó una documentación durante cuatro o cinco días". Apuntó que Cacsa es el complejo cultural y de ocio "más visitado de España". levante-emv valencia