El presidente de Médicos Sin Fronteras España, José Antonio Bastos (Jaca, 1961) habla con el mapa de las necesidades y penurias de la población mundial en la cabeza. Ni una se le escapa. La próxima epidemia de meningitis y cólera en Nigeria que es un hecho cíclico cada cuatro años,la hambruna y la expansión de la malaria que comienza a cernirse sobre los paises del Sahel (Mauritania, Mali...) agravada con el éxodo de refugiados que comenzó a raíz del conflicto bélico de los tuareg, la epidemia de fiebre hemorrágica en gran parte de África... o la tragedia que podría suponer la desaparición de la única planta de fabricación de un medicamento contra la enfermedad de Chagas que hay en el mundo (Pernambuco), con el riesgo que entrañaría su desaparición para los millones de afectados.

José Antonio Bastos ha venido a Valencia a celebrar los 40 años del nacimiento de esta prestigiosa organización de ayuda humanitaria que en 1999 ganó el Premio Nobel de la Paz y que nació, precisamente, del impulso y la audacia de un grupo de médicos franceses y dos valencianos: Josep Vargas y Francisco Sancho. MSF cuenta solo en la provincia de Valencia con 45.000 socios de los 60.000 que hay en la comunidad.

"No me lanzaría a ser optimista -afirmó Bastos- pero es chocante que el apoyo de los 500.000 españoles se siga manteniendo. Me dicen: 'He perdido mi trabajo, ya no puedo contribuir con 30 euros, solo puedo aportar diez'".

"Hay algo -agregó - en el instinto solidario de las personas que no desaparece con la crisis, que lleva a pensar más en los problemas de otros seres humanos más necesitados y vulnerables".

Consecuencias de los recortes

José Antonio Bastos se reunió en la noche del jueves en la Facultad de Medicina de Valencia con 400 socios a quienes les expuso la difícil situación que atraviesan las personas seropositivas y con sida del continente africano a raíz de la reducción de las aportaciones al Fondo Global de Lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis en 2010 y 2011, que ha provocado ya que millones de personas hayan empezado a sufrir las consecuencias en paises como Congo o la República Centroafricana.

Bastos informó que muchos centros hospitalarios de este último pais ya han interrumpido tratamientos de VIH con antirretrovirales por falta de financiación y que en Congo ya hay muchos pacientes en una situación muy deteriorada con el estigma que ello representa, "es que es como decirle a un diabético que no hay más insulina".

El presidente de MSF recordó al Gobierno español, que aporta 200 millones al año a este Fondo, y al resto de Ejecutivos europeos que mantener las aportaciones, "es una oportunidad histórica de controlar el sida en el mundo porque evita el contagio y frena la expansión de la enfermedad, aunque muchos millones de personas ya han empezado a sentir el frenazo".

Bastos dijo que los recortes de las ayudas al desarrollo (del 70 % en Valencia) no se justifican por la necesidad de dedicarlos a otras partidas. "Decir que no se van a aportar para pagar a los pensionistas no es verdad, porque son cantidades muy diferentes". En cuanto a la retirada de la asistencia a los inmigrantes irregulares en España, dijo: "Es un tema que nos preocupa muchísimo porque es un retroceso y una marcha atrás en los progresos históricos de la Humanidad".