El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, admitió ayer que la causa sobre financiación irregular del PP que se instruye en el Tribunal Superior de Justicia dela Comunitat Valenciana es un lastre para la imagen del partido y de su Consell. No lo hizo abiertamente, pero así se desprende de sus declaraciones cuando, a preguntas de los periodistas, reconoció que "está en juego nuestra credibilidad ante los ciudadanos". Con la imputación de la exconsellera de Turismo y Bienestar Social, Angélica Such, en la causa son ya seis los diputados del PPCV que tendrán que rendir cuentas ante el juez. La noticia de la imputación de Such, conocida el día anterior, no es la mejor que podría tener un presidente que está tratando de desligar su partido de los escándalos de corrupción que salpican desde hace años a varios de sus dirigentes.

Fabra ha liderado los nuevos estatutos de su partido en los que teóricamente toda aquel militante imputado por corrupción debería ser investigado internamente. Sin embargo, el código ético del PP de Rajoy no se está aplicando. En el Palau de la Generalitat esperan que la causa no prospere, pero lo cierto es que el discurso contra la corrupción de Fabra tiene en Gürtel una vía de agua. Toda la oposición se encargó ayer de recordárselo.

El jefe del Consell, que ayer recibió la visita de dos ministros -José Manuel Soria (Industria) y José Manuel Garcia-Margallo (Exteriores)-, comprobó de nuevo como el problema Gürtel sigue en la agenda. Preguntado por los periodistas, mantuvo que en su partido están "muy tranquilos" con la causa judicial porque sus cuentas fueron "auditadas", sin que se hayan detectado irregularidades

Despejó a córner la pregunta sobre si tomaría medidas contra los imputados. Afirmó que el Consell va a seguir"colaborando con la justicia, para que se esclarezca cualquier situación". Y tras admitir que está en juego la credibilidad del partido, confió en que la justicia actúe con rápidez y la solución se produzca "cuanto antes".

Fabra firmó en el Palau de la Generalitat un convenido con Margallo para integrar 15 de sus oficinas del Instituto Valenciano de Exportación (IVEX) en la red de embajadas y consulados del Estado, una operación con la que se prevé ahorrar unos dos millones de euros. García-Margallo, que mantuvo que si el hubiera sido ministro antes se habría acabado antes antes la red de oficinas regionales. El ministro mantuvo que no se ha trabajado coordinadamente y que oficinas y consulados han trabajado como compartimentos estanco. Ahora, dijo, Exteriores va a dotar de contenidos comerciales a las embajadas. Aseguró también que se apoyará tareas prioritarias, como el Corredor Mediterráneo. Fabra defendió también el nuevo modelo y defendió el abarataramiento de costes y deslizó que se cobrará a los em presarios por las gestiones de las oficinas exteriores.