La «promoción de la ciencia» como motor para salir de la crisis centra la declaración institucional que ayer dieron a conocer los jurados de los Premios Rey Jaime I de investigación minutos antes de comenzar las deliberaciones sobre los galardonados de la edición de 2012, realizadas en dependencias de Capitanía General en Valencia y de cuyos resultados se informará hoy.

Los jurados, entre ellos 22 premios Nobel, advirtieron de que «una de las raíces de la crisis económica actual» se ha debido a la actitud de «negligencia» de la sociedad en general a la hora de realizar «el sacrificio personal». La «cultura del esfuerzo», que el año pasado defendió el empresario Juan Roig en su discurso durante el acto de la entrega de los premios de 2011, también queda reflejada en esta declaración institucional.

El manifiesto muestra «la preocupación por el apoyo a la ciencia, especialmente a la española, y por el creciente desinterés por la cultura de esfuerzo» señala el texto en el que se subraya «la importancia de la formación para el desarrollo económico y el bienestar social» por lo que se «necesita promover la ciencia y el sacrificio personal».

En opinión de estos jurados — constituidos por exministros, premiso Nobel, economistas, empresarios y universitarios— es «necesario apostar por la inversión en investigación, desarrollo e innovación y un mayor reconocimiento a la ética, al emprendedurismo y al valor del esfuerzo y la responsablidad».

El presidente ejecutivo de la Fundación Rey Jaime I, el profesor Santiago Grisolía, amplió, en una rueda de prensa posterior a la lectura del manifiesto, que la negligencia a la que se refieren es atribuida a «la sociedad entera, a todos» porque «ha habido una especie de vagancia: la gente se ha puesto grandes sueldos, se han utilizado los bancos de mala manera y se ha dado una falta de control del dinero por las entidades que no se entiende. No se por qué se les da tanto dinero. A ellos, como todo, si funcionan bien, bien, y si no que sufran las consecuencias. Ha sido como una especie de infección en la que todo el mundo ha intentado conseguir todo lo que ha podido y con el menor esfuerzo».

El impulsor de estos galardones, quien recordó que cuando regresó de Estados Unidos se hizo cargo del Instituto de Investigaciones Citológicas de Valencia financiado por la Caja de Ahorros, lamentó que «los bancos cobran por todo» a la vez que aseguró que «nunca ha habido suficiente dinero para la investigación. El científico tiene que estar siempre pidiendo ayudas».

En su opinión, para salir de «todo esto, que saldremos, es necesario que todos trabajemos y ayudemos. No puedes esperar a que alguien venga con un milagro. Se necesita crear y trabajar, no solo ahorrar. Ahorrando solo no es suficiente; claro que hay que ahorrar dinero pero también gastar y producir nuevas cosas».

Sin tapujos, Grisolía calificó de «horrible» los recortes en educación y en sanidad. «Si los bancos tienen que desaparecer, que lo hagan, pero no la sanidad y la educación. Si te recortan en investigación es terrible porque si estás fuera de la ciencia seis meses, olvídate ya que la competencia es muy grande».