"Es un milagro que mi casa esté en pie. Cuando un forestal me dijo que una casita de madera junto al barranco del Lobo estaba ardiendo pensé que lo había perdido todo", asegura Manolo, vecino de la urbanización de Altury, en Turís, el núcleo de población más afectado por el incendio de Cortes de Pallás. Otros, no obstante, no tuvieron tanta suerte. Es el caso de Miguel Ángel, quien ayer comprobó que la casa de madera que acababa de comprar hacía tan sólo un mes había quedado reducida a cenizas. "Aún no me lo puedo creer, ni si quiera me había dado tiempo a contratar el seguro", se lamentaba el propietario. Son las dos caras de una misma tragedia.

El incendio envolvió en llamas la urbanización del Altury el jueves por la mañana en apenas unas horas. De no ser por la rápida actuación de la Guardia Civil y de la Policía Local de Turís, puede que ahora no sólo hubiera que lamentar daños materiales. Las altas temperaturas alcanzadas y el humo hacían imposible los trabajos de extinción en la zona.

Algunos residentes intentaron burlar a la fortuna poniendo su vida en peligro para proteger sus propiedades, pero finalmente fueron evacuados por las autoridades. De hecho, la Guardia Civil tuvo que detener a un hombre de 64 años por desobedecer los mandatos de desalojo y agredir a un agente. Posteriormente esta persona tuvo que recibir asistencia sanitaria debido al humo que había respirado.

Sólo en el termino municipal de Turís se evacuaron casi 300 personas de varias urbanizaciones, además de daños materiales importantes en viviendas, cultivos y en los bosques turisanos. Después del paso de la lengua de fuego que devoró rápidamente la zona más boscosa de la zona, ahora el fuego recorre lentamente el río Magro, los barrancos y las zonas de vegetación cercanas. La falta de medios para controlar el incendio o la magnitud del mismo hacen que muchos focos que arrasan grandes superficies sigan sin ser sofocados. Esta situación conllevó que durante la jornada de ayer también se produjeran momentos de tensión, principalmente al acercarse el fuego a una de las pirotécnicas que hay en Turís.

Aún así, dos helicópteros sobrevolaron el sábado a mediodía las zonas cercanas al polvorín. De esta forma se evitó una desgracia mayor. Otros que se vieron forzados a abandonar el terreno fueron los ganaderos de varios rebaños de ovejas y cabras. Incluso en una granja se hubo de evacuar a un número considerable de reses bravas, debido a que las llamas se acercaban al corral donde se encontraban. Por su parte, un grupo de agricultores se organizó y salió a la zona calcinada, para refrescar con sus propios atomizadores el terreno y prevenir nuevos rebrotes.

Reacciones en Cortes de Pallás

Por otro lado, agentes de la Guardia Civil tuvieron que rescatar a una persona que se había introducido en la zona acordonada y estaba amenazada por el fuego. Previamente los aviones tuvieron que realizar descargas de agua para proteger de las llamas la zona en la que se encontraba la persona rescatada.

A mediodía de ayer se procedió al cierre del albergue de Macastre, según fuentes de Cruz Roja, para trasladarlo a Turís donde se centralizaron todas las tareas relacionadas con personas evacuadas.

Denuncian coacciones para no recoger firmas por falta de medios

El portavoz municipal del PSPV de Turís, Juan Ramón Martínez, denunció ayer presuntas coacciones por parte de las autoridades locales para que los vecinos no participasen en la recogida de firmas que un grupo estaba reuniendo para protestar por la mala coordinación de los servicios de emergencia. "Han hecho un bando -señaló- diciendo que iban dos personas pidiendo firmas que no estaban autorizadas por el ayuntamiento, como si se necesitara permiso municipal para ello". Martínez lamentó que se haya permitido que el fuego destruya muchas cosechas.