La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se ha convertido en abanderada de la fiesta y la tradición valenciana y ha puesto en tela de juicio la decisión del presidente Alberta Fabra de trasladar al lunes la celebración de San José y el 9 d'Octubre para acabar con los días festivos entre semana y los puentes y mejorar así la productividad empresarial.

Barberá apuntó, tras la colocación de la primera piedra del centro de mayores de Montolivet, que la medida que Fabra hizo pública el martes en la Noche de la Economía Alicantina es sólo un "anuncio", a partir del cual se abre "un debate" en el que se ha de contar con la voz de los falleros. El debate es "oportuno" y "está abierto", dijo Barberá, pero "hay que consultar con el mundo fallero, sin duda alguna", reiteró.

Añadió que, en todo caso, "no es una decisión de hoy para mañana" y que se decidirá entre septiembre cuando se apruebe el calendario oficial de días festivos.

"Las fallas se queman el 19"

Barberá apostilló, en un tono que sonó a reproche, que "en los 20 años que llevo de alcaldesa nunca se me ha ocurrido plantear una medida [que afecte a la fiesta] sin consultarlo" con los falleros y citó los cambios en la Ofrenda. Argumentó que hay que contar con los falleros porque es una fiesta que "fundamentalmente la paga el pueblo y los falleros".

La regidora quiere que en ese debate con el mundo fallero se tenga en cuenta lo sentimental, lo cultural, lo tradicional y el "gran arraigo" de las celebraciones. Aludió al reglamento fallero que establece que las fallas se quemarán el 19 de marzo, "no dicen lunes ni miércoles, dicen el 19".

Según la alcaldesa, la idea de trasladar los festivos al lunes para evitar pérdidas "es buena" pero recordó que Mariano Rajoy dijo que se salvarían las fiestas de "gran arraigo popular".

En su discurso de investidura, Rajoy pidió que se trasladasen al lunes los festivos que cayeran entre semana por sus efectos negativos sobre la economía. Alberto Fabra, en plena tormenta por el ERE de RTVV, es el primer presidente autonómico que ha seguido la recomendación, lo que le está valiendo las críticas de la mayoría de los falleros, unos 100.000 censados en Valencia,de los grupos de la oposición (PSPV, EU y Compromís) e incluso del Arzobispado, que ha anunciado que no variará la festividad.

La medida, un gesto claro hacía el empresariado, tensa nuevamente las relaciones entre la alcaldesa y el jefe del Consell. Barberá no ocultó su malestar por el giro del Consell de Fabra en la política de grandes eventos como la Fórmula 1, así como en dar por enterrada la era de Francisco Camps, en la que ella tenía amplía influencia y protagonismo.

Barberá recordó que hace "muchos años" que se debate sobre la idea de trasladar el día de San José y la noche de la "cremà" al tercer lunes de marzo. Un debate "polémico" que, según dijo, han alentado "generalmente" las fallas de Especial, que es "donde más apoyan la hostelería y el mundo empresarial". Frente a la postura de las fallas de Especial, las más visitadas por los turistas, la mayoría de los falleros votaron "no" en un referéndum convocado por la Junta Central Fallera para decidir si fijaban como día de la cremà el tercer lunes de marzo.

Con la medida anunciada por Fabra, las fallas de 2013 se quemarían el 18 de marzo y el 19 será laborable, mientras que el 9 d'Octubre se celebrará el día 7.

"Jaume I conquistó Valencia el 9"

La alcaldesa descartó ayer que la noticia del cambio de las dos principales fiestas valencianas le cogiera por sorpresa. Según dijo se la dio telefónicamente el martes por la mañana Alberto Fabra con el que volvió a hablar por la noche. Barberá insistió al jefe del Consell en "que consultáramos mucho con el mundo fallero".

En relación al cambio que afectaría al 9 d'Octubre, Barberá explicó que se trata de una fiesta de "un contenido histórico que habrá que considerar", aunque ya avanzó su postura. "No veo a los estadounidenses quitando el 4 de julio o a los franceses cambiando el 14 de julio". "Don Jaime entró en Valencia el 28 ó 29, y cuando se conquista es el 9, no es el 11 ni el 12. Es una fecha histórica", apuntó. "Hay otras que se pueden trasladar", zanjó.

Los desencuentros de la alcaldesa y el presidente

Las relaciones entre Alberto Fabra y Rita Barberá están lejos de ser tan fluidas como eran con Francisco Camps. Desde que el 26 de julio de 2011 el hasta entonces alcalde de Castelló fue elegido presidente de la Generalitat, tras la dimisión de Camps por el escándalo de los trajes, se han producido varios desencuentros con Rita Barberá. El empeño de Fabra por renovar la imagen del Consell, deteriorada por los escándalos de corrupción, y acabar con la etapa del "serà per diners" y los grandes eventos que abanderaron Camps y Barberá le supuso un primer desencuentro con la alcaldesa. Vuelven "los enredos" al PPCV, fue el comentario que hizo Barberá al verse excluida de la decisión de Fabra de acabar con la F1 -y que finalmente no fue posible-. La designación de Serafín Castellano, persona poco afín a Barberá, como secretario general del PP regional en detrimento de los candidatos de Barberá (Jorge Bellver) y Alfonso Rus (Vicente Betoret) tampoco ayudó a desengrasar tensiones. El cambio al lunes de la festividad de San José, día grande de las fallas, añade más leña al fuego. h.g. valencia