La Delegación de la Agencia Tributaria en Baleares ha desmontado su unidad especial de investigación judicial. No es un grupo cualquiera. Se trata del equipo cuyo trabajo ha sido clave, entre otros, en la investigación del caso Nóos que afecta al yerno del Rey, Iñaki Urdagarín, y que tiene ramificaciones en la Comunitat Valenciana.

En el currículo de esta unidad figuran el haber destapado múltiples escándalos que han afectado al PP o el que ha terminado con la condena de cinco años y medio de cárcel de la expresidenta del Consell balear, María Antonia Munar.

El equipo estaba activo desde 2004, y fue creado por el entonces delegado de la Agencia Tributaria Baleares, Raúl Burillo, cesado en 2010.

Papel en el "Palma Arena"

Si el principio de su mandato estuvo marcado por la lucha contra el fraude fiscal, últimamente destacaron sus investigaciones junto a la Fiscalía en diversos casos de presunta corrupción en Balears, con un papel clave en la investigación de casos como "Palma Arena". Además, su desempeño ha supuesto un claro apoyo a la política de Hacienda que busca combatir los delitos fiscales porque tras los escándalos de corrupción suelen existir facturas falsas o trasiego de dinero negro, así como fugas de capitales y pago de comisiones.

Los integrantes de la unidad se dedicaban a perseguir la corrupción económica, lo que abría las puertas a una especialización superior. Los cuatro agentes, que trabajaban juntos, han sido disgregados a otras unidades o reubicados en el servicio de Aduanas y de Inspección de tributos.

La desaparición de esta unidad, sumamente especializada y con importancia capital en casos como la desaparición por corrupción del partido político Unión Mallorquina o el que llevó a Munar a la cárcel, ha causado estupor entre la policía de las islas.