La crisis y el retraso en los pagos de la administración han envuelto a la clínica Mediterránea Médica de Valencia en un círculo vicioso de pesadilla que puede abocarla al cierre. Mediterránia Médica es el único centro autorizado en la Comunitat Valenciana para la realización de abortos de alto riesgo (más de 22 semanas de gestación por malformaciones del feto) y también atiende a pacientes de Teruel, Murcia, Baleares y Almería. De producirse el cierre, advierte el médico Josep Carbonell «todas las pacientes que recibimos de todas estas provincias tendrán que viajar a Madrid o Barcelona para interrumpir un embarazo con un feto gravemente malformado, con el trastorno que puede provocar este alejamiento de su entorno social y familiar, en un acto tan delicado y dramático como la finalización de un embarazo deseado que debe ser interrumpido por la presencia de una grave malformación».

Aunque se trata de un centro privado, la clínica «es en la práctica un servicio público de salud ya que el 95% de nuestras pacientes vienen derivadas de la Conselleria de Sanitat». Los retrasos en los pagos a proveedores que sufre la administración autonómica provocan efectos en cadena, como en este caso, ha sucedido con Mediterrània Médica. Acumula una deuda de 120.000 euros con la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) de los que 42.000 euros están en fase ejecutiva, por lo que la administración ha embargado las cuentas de la clínica, tras denegar una solicitud de aplazamiento del pago de la deuda presentado por la empresa.

El responsable de la empresa, Josep Carbonell, explica que hoy mismo presentará un escrito a la Conselleria de Sanidad para solicitar al conseller Luis Rosado que «medie ante el responsable del departamento de deudas de la TGSS». Carbonell apela al programa electoral con el que se presentó a las elecciones Mariano Rajoy, «donde se defendía que las empresas que sean proveedores de las administraciones públicas y tengan deudas pendientes de pago, podrán ver conmutada esta deuda con la que tenga con otras administraciones del Estado como Hacienda o la Seguridad Social».

Una situación «kafkiana»

El responsable de Mediterrània Mèdica lamenta «la falta de sensibilidad social que ha tenido la TGSS al denegar el aplazamiento negociado de la deuda, pese a que hemos presentado como garantía de pago los dos locales que tenemos en Valencia y Castelló». «Nos dicen —continúa Carbonell— que nos deniegan la ayuda por la situación económica financiera y porque el año pasado nos retrasamos en el pago de un plazo de otro aplazamiento». Además, la Conselleria de Hacienda les ha anunciado que se les retirará el pago por «confirming» (los bancos adelantan el dinero a cambio de cobrar ellos la deuda) «porque tenemos un embargo». Además, deben a sus 23 trabajadores el salario de tres meses. «Es una situación kafkiana de la que no sabemos cómo salir».