Investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politécnica de Valencia (UPV), han identificado qué mecanismos se deben modificar para poder modular el crecimiento de las plantas, según informó la institución académica.

El hallazgo se publicó ayer en la prestigiosa revista americana Proceedings of the National Academy of Sciences. Las plantas no pueden desplazarse, por lo que han tenido que adoptar una estrategia distinta a la de los animales para responder a las condiciones ambientales cambiantes.

El éxito de las plantas en su adaptación al entorno se basa en el desarrollo de un sistema muy versátil de monitorización de las señales (cantidad y calidad de la luz, temperatura, disponibilidad de nutrientes y agua, etc), y de un circuito muy eficiente para la integración de todas estas señales.

Esta integración se consigue porque cada señal no envía su información a través de rutas independientes, sino que dichas rutas están interconectadas en algunos puntos -nodos-, formando una red.

Los investigadores del CSIC, David Alabadí y Miguel Blázquez, en colaboración con investigadores de Rothamsted Research de Reino Unido, han identificado el mecanismo molecular por el que dos de estas vías confluyen en un nodo, lo que podría servir en un futuro para mejorar alguno de los comportamientos de las plantas frente a cambios en su entorno.

Según David Alabadí, "en el artículo ahora publicado se describe la conexión molecular entre la información que confieren las giberelinas y la de los brasinosteroides, dos hormonas cuya actividad varía en función de las condiciones ambientales. Ambas hormonas promueven el crecimiento de las plantas por mecanismos aparentemente distintos. Mientras que las giberelinas actúan provocando la degradación de unos represores del crecimiento (las proteínas DELLA), los brasinosteroides lo hacen provocando la activación de un factor de transcripción (la proteína BZR1)".