"Es muy doloroso pero tenemos que ajustar la Administración, no queda más remedio si queremos pagar la sanidad, la educación y las política sociales". Así justificó ayer el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) por el que la empresa pública Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) despedirá a la mitad de sus 325 empleados. Y, por si alguien tenía dudas, dejó claro que el de Cacsa no será el único ERE en el sector empresarial público valenciano: "Vamos a seguir reduciendo las empresas públicas para poder tener dinero para lo básico".

Por su parte, el comité de empresa de Cacsa mostró ayer a través de un comunicado su "total desacuerdo" con el despido colectivo anunciado por la Generalitat y considera que no se debería prescindir de ningún empleado puesto que éstos "no son responsables de la situación de crisis económica".

Buch: "Entre un 40 y un 50%"

Mientras tanto, el conseller de Economía, Industria y Comercio, Máximo Buch, responde que el sector público empresarial tiene que racionalizarse y reducir su plantilla "significativamente, entre un 40 y un 50 por ciento", y ha explicado que "es un paso imprescindible" para cumplir con el objetivo de déficit.

Desde la oposición, el secretario general del PSPV, Ximo Puig, denuncia que el Consell está reduciendo las plantillas de sus empresas públicas de manera "absolutamente anárquica, cuando no intencionada" con recortes "a brochazos", en referencia a los despidos anunciados en Vaersa y Cacsa.

"Estamos oyendo la amenaza sistemática sobre miles de trabajadores que van a ser echados a la calle", señala Puig, quien ha pedido al presidente Fabra que comparezca en la cámara autonómica y explique su plan sobre el futuro de las empresa públicas valencianas".