La Guardia Civil ha inmovilizado -es la tercera intervención policial en poco más de un año- más de 1.800 dosis de productos sintéticos derivados del "cannabis" y otras sustancias de síntesis en una tienda de la cadena "Amsterdam Shop", que se promociona como local de "tradición holandesa" y de "fiesta asegurada".

La empresa se escuda en que sus productos son exclusivamente para coleccionistas y no aptos para el consumo humano. El mismo argumento que esgrime el Ayuntamiento de Valencia para justificar la concesión de las licencias a varios de estos comercios que ya han sido intervenidos con anterioridad.

Esta nueva redada se ha producido después de que varias personas necesitaran asistencia sanitaria por consumir estas sustancias, motivo por el que el responsable del establecimiento fue denunciado, según informó la Guardia Civil.

Estos comercios ofertan las dosis en sobres de 0.25, 0.50, 1 y 3 gramos con nombres como "Sonrisa absoluta", "Manzana del pecado", "Neblina", "Euforia", "Segador", "Placaje" y "Oro fantástico". Los principios activos de estas sustancias estupefacientes son conocidos como "Legal Highs" o "Nuevas Sustancias de Síntesis" y se caracterizan por ser sustancias sintetizadas en las últimas décadas y de fácil accesibilidad vía Internet.

Estos compuestos, recordó ayer la Guardia Civil, fueron descubiertos en los años 60 y 70 por la industria química y se usaban como abono para las plantas, limpiador de estanques,etc. En Suecia ya han causado varios muertos.

Droga para coleccionistas

La primera intervención policial se remonta a septiembre del 2011 y, a partir de ella, el grupo de Estupefacientes C de la Udyco de Valencia solicitó un informe a la Agencia Española del Medicamento para descubrir los componentes de las sustancias y cotejar su legalidad. Los resultados del mismo propiciaron una segunda redada en marzo del mismo año que se saldó con cinco detenidos, acusados de un delito contra la salud pública.

De las cuatro tiendas que había entre Valencia y Castelló, solo permanece abierta una en la que se produjo la inspección del Seprona de la Guardia Civil. Los agentes no detuvieron al responsable, aunque sí lo denunciaron.

La empresa argumenta desde la primera intervención policial que sus productos están destinados al coleccionismo y en que en cada sobre consta la leyenda "no apto para el consumo humano".