La propuesta de la Conselleria de Educación centrada en cobrar un «precio simbólico» de 1,45 euros a los niños que se lleven la comida al colegio durante el curso 2012/13 fue rechazada ayer de plano por el universo educativo. Padres y profesores mostraron su negativa a una medida que «causará discriminación entre las familias que sí puedan pagar, los alumnos becados y los niños que vayan al centro con fiambrera».

Marc Candela (STE-PV) comentó que «además de recortar una y otra vez en educación, desarrollan un afán recaudatorio siempre que pueden... Al final cobrarán a los niños para entrar en los colegios e institutos».

El portavoz sindical explicó que «todo este tipo de decisiones ayudan a un objetivo final de desmantelamiento de la escuela pública. Nos oponemos a que cobren esta tasa, que encima va destinada a las familias con menos recursos, que en muchos casos habrán perdido la beca este año».

Vertiente social

Ferran García (CC. OO) también se mostró contrario a las intenciones de la conselleria. El representante de los profesores comentó que «cualquier cambio de este tipo atenta contra un modelo público de educación para todos. El comedor escolar siempre ha tenido una vertiente social y está perdiendo parte de su esencia. Muchos padres tendrán que asumir ahora nuevas tareas de planificación y preparación de la comida de sus pequeños, a la vez que se ven inmersos en un mercado laboral más difícil y tienen que lidiar con unos horarios mucho más duros». Los sindicatos son contrarios a la nueva propuesta «sorpresa» de los 1,45 euros, aunque aún lo son más los padres, los grandes afectados.

Remei Santacatalina, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) de Valencia, apuntó que «la Generalitat lleva más de dos años intentando hundir el actual modelo de comedores escolares. El debate no va sobre cobrar una tasa simbólica o no, hay mucho más detrás del uso de la fiambrera».

La representante de los padres apuntó que «en su momento intentaron que grandes empresas se encargaran de gestionar los comedores, pero las protestas paralizaron sus intenciones. Ahora, intentan discriminar y, encima, cobrar a las familias que no puedan costear el menú ante la falta de recursos. Estamos ante una estrategia totalmente planificada de antemano».

Santacatalina también declaró que «en la última mesa de padres, que se celebró el pasado 26 de julio, la consellera dijo que mantendrían a los monitores y las ayudas. Ahora nos salen con éstas. Defienden que no llegaran a los 3 euros de Cataluña, pero lo que esconden es que aquí abren la posibilidad de cobro de una tasa en todas las etapas educativas y no solo en Secundaria».

Por último, la presidenta posó su mirada en el peligro de la obesidad infantil: «Cada año se planifican 20 menús diferentes siguiendo criteriores profesionales y alimentos como los vegetales y las legumbres son necesarios. ¿Quién confirma que los niños los vayan a comer ahora con los cambios?».