La consellera de Educación, Formación y Empleo, María José Catalá, defendió ayer en Almassora la gratuidad del comedor en los colegios e institutos públicos para aquellos estudiantes que se lleven la comida de casa en fiambreras. Catalá manifestó que pese a que "la decisión es de los consejos escolares", este servicio no debería suponer un coste extra para las familias de los alumnos, en contraposición con las medidas anunciadas recientemente por el gobierno catalán.

La consellera se desdijo de sus propias declaraciones efectuadas el pasado viernes, en las que afirmó que la Generalitat Valenciana estaba estudiando la posibilidad de cobrar una cantidad simbólica para pagar a los monitores de los distintos centros que, en cualquier caso, sería inferior a los tres euros diarios exigidos en las escuelas de Cataluña. Según avanzó ayer la consellera, "con la aportación de la Generalitat sería suficiente" para garantizar la apertura de los comedores escolares para todos aquellos estudiantes que opten por llevarse la comida de casa en sus fiambreras. Catalá puntualizó durante su visita a la localidad de Almassora que "la aportación de la Generalitat Valenciana es muy importante y más que suficiente" como para que las familias asuman otro gasto derivado de la educación de sus hijos. "No se tendría que pedir ninguna aportación", reiteró ayer la consellera.

Según las cifras que la propia María José Catalá presentó ayer, la Conselleria de Educación destina 30 millones de euros anuales al mantenimiento de los centros educativos valencianos, además de otros 76 millones de euros en concepto de becas para estudiantes.

Al margen de la polémica generada por el cobro de una nueva tasa para utilizar el comedor con comida preparada, la responsable autonómica en materia de educación recordó que la última palabra la tienen los consejos escolares de los distintos centros educativos, que son los que deben autorizar su uso y garantizar que las instalaciones disponibles permiten que los estudiantes puedan poner en marcha esta medida y dispongan de lo necesario para llevarse la comida de casa.