«Los centros docentes específicos de Educación Especial estarán dotados de personal de enfermería, que dependerá orgánicamente del departamento correspondiente», reza el artículo 10.4 de la Ley 8/2008, de la Generalitat ,sobre los Derechos de Salud de Niños y Adolescentes. Sin embargo, ninguna de las leyes autonómicas valencianas es tan dolorosamente papel mojado como esta normativa que obliga a que todos los Colegios de Educación Especial (CEE) públicos y privados concertados que dependen del Consell «cuenten con un profesional de enfermería dentro del centro y en horario escolar».

Tres cursos después de la entrada en vigor de esta orden, la realidad es que de los 46 CEE públicos y concertados de la Comunitat Valenciana sólo 14 cuentan con personal de enfermería. Es decir, que la asistencia sanitaria obligatoria en el centro docente apenas alcanza ni a un tercio de las escuelas.

Una cobertura escasa que dentro de tres semanas, cuando empiece el nuevo curso, se quedará en testimonial, según Mar Ortiz, presidenta de la Sociedad Científica Española de Enfermería Escolar (SCE3). Ortiz, enfermera del CEE Virgen de la Luz de Elx, señala que en junio concluyó el contrato que la Conselleria de Sandidad tenía con tres empresas proveedoras de servicios de oxigenoterapia (Vital Aire, Gas Medi y Carburos Metálicos) para dotar de personal de enfermería a siete CEE. Además, añade, el Ayuntamiento de Elda «ya ha anunciado que para el próximo curso no podrá asumir el servicio de enfermería del CEE Cervantes».

Precariedad asistencial

Es decir, que sólo seis de los 46 centros docentes para niños con discapacidad contarán con enfermera, apenas el 13%. Por si esto no bastara, Ortiz, que es miembro del Consejo de Enfermería de la C. Valenciana (Cecova), cuenta que algunos de los pocos centros con personal de enfermería tienen este servicio en precario. Así, explica que en el CEE Tomás Llàcer de Alcoi, «disponen de enfermera gracias a que la profesional asignada a un alumno con ventilación mecánica atiende al resto de escolares, pero el día que el niño no va a clase, la enfermera tampoco, pues tiene que prestar servicio en el domicilio del alumno en cuestión». Curioso es el caso del CEE R. Payá de Dénia, donde el centro de salud sólo envía al colegio una enfermera durante las tres horas del comedor, «como si las crisis epilépticas de los alumnos se pudieran programar de 13 a 15 horas», lamenta Ortiz.

La presidenta de la SCE3 relata que el personal de enfermería es necesario en los CEE, pues escolarizan «a alumnos pluridiscapacitados, algunos de ellos muy afectados y con crisis epilépticas a diario». Los niños con pluripatologias, prosigue, «necesitan de supervisión continua». En algunos centros, detalla, «el 80% de los alumnos sufren crisis epilépticas muy a menudo, también son muy frecuentes los niños con problemas de deglución, que tienen un alto riesgo de autoahogamiento y los casos con sondas de alimentación por vía estomacal».

Imposible hacer prevención

Según Ortiz, los maestros y educadores «no están capacitados para manipular estas sondas, ni tampoco es su competencia administrar los antiepilépticos y antipsicóticos que toman algunos alumnos». Pero si todo esto ya es complicado, sin personal de enfermería «es imposible realizar labores de prevención de complicaciones respiratorias o supervisar la medicación de los niños». La portavoz del Cecova atribuye este abandono de los alumnos «a la falta de sensibilidad de los consellers de Sanidad y Educación, que no conocen la realidad que se vive día a día en los CEE».

Desde la Federació d’Ensenyament de CC OO, su responsable del Personal del Servicio Educativo Complementario, Magdalena Maciá, califica de «profundamente grave el inclumplimiento del Consell de sus propias leyes». «Sanidad le pasa la pelota Educación, y ésta a Sanidad, mientras los alumnos de Educación Especial están en medio», lamenta.