Aquí hay tomate y parece que a los extranjeros les gusta. Prueba de ello es el éxito que en apenas cinco años ha cosechado la empresa familiar "Estilo Kikí", de capital social cien por cien valenciano, con la receta de su tomate frito.

Con tan sólo ocho empleados, esta sociedad comenzará a exportar su tomate frito a Rusia, una vez finalice el verano. Sin embargo, no será el primer país que deguste la receta de Isabel Rubio, ya que la compañía ya se ha afianzado en el mercado español y está presente en países como Estados Unidos, Francia, Alemania, Corea del Sur y Panamá.

Todo por culpa del tomate que elaboraba para consumo familiar Isabel Rubio, "Kikí" para sus familiares y amigos. Su sabor inconfundible ha logrado hacerse hueco en establecimientos 'delicatessen' de medio mundo y plantar cara a la crisis, ya que el negocio crece anualmente entre un 25 y un 30 por ciento, tal como señala el consejero delegado de la compañía, Francisco Caturla, uno de sus ocho hijos.

Inicialmente, la ahora presidenta de honor de la empresa elaboraba el producto con los tomates de secano que recogían en su finca de Fontanars dels Alforins para utilizarlo en la cocina y repartirlo entre sus hijos. No obstante, con el paso de los años, aumentó la familia y con ella también el número de pedidos por parte de parientes y conocidos, hasta el punto de replantearse la situación.

"Empezó casi de broma, pero acabó haciéndose bastante grande y llegó un momento en que mi marido y yo no dábamos abasto, estuvimos dos o tres años trabajando mucho, haciendo 300 kilos o más", explica Isabel Ruiz, quien se embarcó entonces en la aventura que le proponían algunos de sus hijos de comercializar ese producto, al que se han sumado después otros, siempre fieles a su filosofía de "producto artesanal, hecho a mano y de una calidad realmente buena".

En la actualidad, poseen dos líneas de negocio, una dedicada al producto delicatessen -tomate frito, troceado, sin azúcar, bolognesa, pisto, con ajo, con cebolla o picante- y otra de gran consumo, que comercializan con la marca Las Coronas. Así, su facturación se reparte entre el 25 por ciento que representa ya la exportación, otro 25 por ciento destinado a gran consumo y el 50 por ciento restante, correspondiente a tiendas gourmet de toda España.

Después del verano, además de iniciar su apuesta por Rusia, lanzarán en el mercado español su línea de potajes -con alubias, lentejas o garbanzos-, que se suma a otros productos como las migas o el dulce de leche, todos bajo el lema de "calentar y servir".

Caturla indica que, tras alcanzar el medio millón de botes anual, el objetivo de "Estilo Kikí" consiste en "seguir la hoja de ruta marcada, poco a poco y sin ambición de quitar nada a nadie". "Lo más difícil ya está, ahora seguiremos asentando la marca despacio, intentando captar un país nuevo o dos al año", subraya.

Su madre, en la misma línea, se muestra "orgullosa del éxito alcanzado" y sobre todo de comprobar, a sus 72 años, que su tardía aventura profesional le "permite, en un momento tan difícil como este, sacar adelante" a sus hijos. "Nunca imaginé que íbamos a llegar donde estamos llegando, con un producto que no conocía nadie y cuyo único secreto es ser muy casero".