¿El arquitecto necesita reivindicarse más que nunca?

No. Tiene que encontrar su nuevo papel en la sociedad. Y en esta crisis es muy complejo y diferente.

¿Y cuál es?

El arquitecto va a estar muy vinculado a reformar las cosas hechas. La ciudad más que crecer tiene que mejorar su calidad. Generar con menos dinero más progreso, más capacidad, más calidad de vida.

¿Y los arquitectos saben crear más calidad con menos dinero?

Sí, claro. El dinero no cualifica ni el crecimiento. El coste es una condición imprescindible para abordar una obra. El arquitecto está cualificado para hacer obra poco y muy costosa. Pero se le tiene que pedir esa limitación de recursos y la capacidad de reutilizar los hechos urbanos.

Entonces, ¿la era de los arquitectos estrella ha llegado a su fin?

Los arquitectos estrella han existido y existirán siempre. Es como colgarse un Matisse o un Picasso. Otra cosa es que convenga adquirirlos. Hay que fallan estrepitosamente. Y otros con obras impresionantes. ¿Es sinónimo de calidad? No. Es sinónimo de lanzamiento publicitario.

¿Y de despilfarro?

¿La publicidad es un despilfarro? Hay a quien le interesa ese lanzamiento publicitario y utiliza a los arquitectos estrella para eso, porque no tienen otro papel. Pero la arquitectura de iconos no es sinónimo de calidad. El icono puede ser un horror. Pero hay acciones muy buenas que merecen la pena plantearse por arquitectos bien dotados a los que se les exige un trabajo adecuado en dinero, presupuesto y uso. Una de las cosas más importantes es la rentabilidad. Si tu haces una cosa y no sabes para qué es... O la haces y no responde al uso que le quieren dar, ¿para que lo vas a hacer?

¿Cacsa es un error o un acierto?

Como pieza clave de Valencia, ha sido un acierto. Aunque las últimas partes, son ya excesivas. Creo que sobraban. Si se trataba de colocar a Valencia en el mapa, ya lo está. No hace falta cargar y cargar. Al final cansa. Y puede ser que no sea útil, como ha pasado con alguna pieza.

Se ha puesto en el mapa a un coste elevadísimo. ¿Los honorarios de Calatrava son modestos?

Eso es un problema de gestión. ¿Cuánto quieres pagar? No lo pagas si no quieres. Los horarios no son modestos. Son altísimos. ¿Por qué se los han pagado? No se adjudicó por concurso. Ha sido a dedo. Y han pagado lo que la oferta y la demanda genera. Pero lo que no puede ser es que el sobrecoste te beneficie. El sobrecoste debería perjudicar.

¿Hay que hacer pedagogía de la buena arquitectura en Valencia?

En Valencia somos muy dados a mirar lo que hacen fuera y lo que se hace dentro es como si fuera de peor calidad. Eso también nos ha salvado, porque somos un pueblo exportador, turístico que siempre está entrando y saliendo. Nos gusta manifestarlo y que se vea, como las fallas. La arquitectura tiene el planteamiento contrario de durar, hacer ciudad, de juntarse con otras piezas y marcar formas de vida mejores, de dialogar con el entorno, no ignorarlo. Yo que estoy rehabilitando la plaza de toros, pretendo que el pasaje Doctor Serra desaparezca para que la plaza se vea en su totalidad. Aquí se puede hacer buena arquitectura y arquitectura de autor...

¿Qué esperan los arquitectos de la nueva ley urbanística?

La clarificación y simplificación de la legislación, que no puede ser una carrera de dificultades de mil y pico artículos contradictorios. Pero yo buscaría algo más. La legislación debe poner el acento en la ciudad construida y hacer una ciudad más amable y vivible. La Valencia del siglo XX tenía un centro. La Valencia del siglo XXI no puede funcionar con un centro para todo. Hay puntos que pueden jugar un papel de nueva centralidad como el nuevo campo de fútbol del Valencia y también el Grao.

¿El Grao?

El Grao es una centralidad en su llegada al mar de primer orden. Es el «skyline», la nueva Valencia marítima que dice que hacia allá va la ciudad. Y hacia allá hay que crear un lugar accesible en transporte público.

La nueva ley quiere incentivar el agente urbanizador en la ciudad.

Es una formula. Pero el problema es la transparencia, la participación y cómo se engloba a usuarios y propietarios. Y eso es muy difícil de hacer. Requiere mucha gestión, como se ha visto en Ciutat Vella, el Riva y el plan de muralla, que lleva seis años tramitándose. ¿Tendremos la paciencia de hacer instrumentos capaces? Necesitamos nuevos instrumentos que redefinan la ciudad con formas de gestión más eficaces.

¿Como ha vivido el delirio de convivir con tanta legislación?

La ley no genera una buena o mala ciudad. No echemos la culpa al instrumento, sino a las personas que han hecho la ciudad o la urbanización de los últimos años. Estamos llenos de planes que cumplen los requisitos legales pero que son muy malos. La ley no es el problema. Yo espero que haya más planes y menos leyes. Mucha legislación no resuelve nada. Cuando ha sido necesario se ha cambiado. ¿Para qué tenerla?

¿Cómo digerir tanto PAI?

El problema es si ha habido exceso de crecimiento en qué sitios y de qué forma. Esperamos que la administración se aplique más a la gestión que a crear normas de circulación.

Pero ahí están.

Si se quisiera decaerían, porque ha pasado el plazo. El problema es que ha habido actuaciones con una liberalidad total de asentamiento y localización. Los ayuntamientos iban como locos por hacerse con ellos porque les daba beneficios, y al promotor y al arquitecto también. Todo el mundo se beneficiaba de la fiesta. Es un problema de falta de planes territoriales, que no hay.

Ya tenemos una estrategia.

Es muy generalizadora. Es a escala de comunidad, con grandes manchas, que dilata la definición de usos prioritarios y la capacidad de controlar el territorio a los planes territoriales (PAT), que no hay. Es el momento de los PAT.

Se han redactado dos.

Hay muchos en diferentes fases, pero nadie se atreve a dar un paso, porque se dice qué se puede y, sobre todo, qué no se puede hacer.

Ahora es el momento de hacerlos.

Ahora sería el momento porque no hay tensión sobre el territorio. No hay demanda urgente para reclasificar suelo. Es el momento de repensarse ese modelo de crecimiento.

¿La rehabilitación es el futuro?

No hay más remedio. El futuro es el presente ya.