Aparte de ser la única Administración autonómica que no exige la presencia de veterinarios en los espectáculos de bous al carrer, la Generalitat lleva tres años sin dar respuesta ni atender la petición de que se introduzca en la normativa taurina la obligación de practicar autopsias a los animales muertos en extrañas circunstancias en los espectáculos taurinos populares.

La solicitud, realizada de manera oficial por la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (Anpba), ha sido obviada hasta el momento por el Gobierno autonómico, según critica la plataforma animalista, que le envió el último requerimiento en este sentido el pasado 26 de junio. El asunto ha cobrado plena actualidad con la muerte, el jueves en Petrés, del toro «Brusco» tras ser forzado a salir a correr embolado pese a que horas antes se había caído al suelo por agotamiento en el festejo anterior. El animal fue incinerado el mismo jueves por la mañana sin que conste la realización de ninguna autopsia.

La asociación animalista defiende que, «para hacer efectivo lo establecido en el decreto de bous al carrer, según el cual se debe “garantizar al máximo” la integridad de los animales, constituye un imperativo que la normativa sea modificada para contemplar la obligación legal de las autopsias, realizadas por veterinarios oficiales y con cargo económico al organizador del espectáculo». De esa forma, añaden, se podrá «determinar oficialmente y con rigor qué es lo que le ha ocurrido y cuánto ha padecido un toro antes de agonizar y morir en esas extrañas o inexplicables circunstancias, de modo que no sean eliminados sus cuerpos antes de haberse conocido las causas reales de esar muertes».

Ya que los festejos taurinos populares se siguen realizando, señala el presidente de Anpba, Alfonso Chillerón, «lo mínimo que se puede exigir a la Autoridad es que se cumpla rigurosamente con lo establecido en la “exposición de motivos” y en el artículo 1 de la legislación que regula los bous al carrer, según la cual la normativa pretende “garantizar al máximo la integridad de los animales», afirma.

Este año han sido dos los astados muertos en festejos taurinos populares de la Comunitat Valenciana: el bou embolat «Brusco» en Petrés, el pasado jueves de madrugada, y la vaca fallecida de un infarto en los bous a la mar de Dénia, en julio. En los escritos enviados por la plataforma animalista al conseller de Gobernación también se citan los casos de 2009: la muerte de cuatro toros en la Pobla de Fornals «mientras estaban siendo embolados»; un toro muerto en Rafelbunyol «después de ser metido en el corral tras la “entrada” de la tarde»; y el astado fallecido en Canet d’En Berenguer «después de ser embolado con fuego».

La inclusión de la exigencia de hacer autopsias ante muertes extrañas de toros, explica la asociación animalista, permitiría que pudieran «incoarse posibles expedientes sancionadores al poder obtenerse elementos de juicio suficientes para ello sobre la base de lo reflejado en las actas oficiales».