uestro monte, fuente de salud y bienestar, por cuyos recovecos podemos disfrutar de la majestuosidad de sus árboles, en su mayoría pinos, que se alzan emitiendo ese olor a limpio, a poderosa vida enraizada que nos hace sentir la paz de la Naturaleza; pinos cuyas hojitas abandonan lentamente las ramas generando una pinocha mullida y resbaladiza de la cual saldrán infinidad de hongos, como los "revollones"; árboles que darán sombra a multitud de panales de abejas; vegetación y microorganismos en completo equilibrio que evitarán la desertización.

Y cuando llega el fuego podemos asegurar que existe el infierno, devastador, dantesco, carbonizando todo a su paso, convirtiendo el verdor de la vida en la negrura de la muerte, lo que fue, transformado en cenizas; sesgando, incluso, la vida de personas dedicadas a la defensa del medio ambiente, hombres y mujeres dispersos territorialmente tan protectores de nuestro medio natural que lo defienden y defenderán arriesgando hasta sus vidas. Dos muertos y varios heridos graves ha sido el balance del último infierno, todos empleados públicos. Entre los fallecidos, un agente medioambiental, funcionario, muerto en acto de servicio prisionero de las llamas. Sí, funcionario, esa condición que para algunos privilegiados económicamente significa gasto.

El trabajo de los agentes medioambientales, prácticamente desconocido salvo por aquellos que atentan contra la Naturaleza -constructores desaprensivos, cazadores furtivos, emisores de residuos contaminantes, destructores de la vida vegetal,É- y, desgraciadamente, poco reconocido por una displicente Administración a la que sirven, es un trabajo estresante al que deben echarle imaginación para suplir la carencia de medios con los que cuentan, con turnos eternos en épocas de incendios; y peligroso por esas catástrofes a las que asisten, los enfrentamientos con alcaldes y vecinos, las armas de fuego,É Tareas que durante el año, expuestos a las inclemencias del tiempo, también las realizan en fines de semana, con mayor esfuerzo durante el verano o temporadas festivas, precisamente épocas en los que aquellos que critican a los funcionarios viajan o descansan en sus lujosas mansiones. Funcionarios que no solo vigilan el monte sino también la vida animal que depende del mismo. Agentes de la autoridad que, además de mantener informada a la ciudadanía, protege también un medio ambiente distinto al forestal -albuferas, marjales, barrancos, ríos, polígonos industriales,É-, de ahí la denominación del cargo.

Muertos y heridos por defender nuestra Naturaleza, nuestros montes, un patrimonio cada vez más débil y reseco. Un trabajo de protección realizado con una Administración que nunca encuentra la oportunidad de dotar a su personal con el material necesario que asegure una total prevención contra los riesgos laborales.

Nuestro más sentido pésame por los fallecidos y especial agradecimiento a los que continuarán con la labor de proteger la Naturaleza, el medio ambiente de nuestra Comunidad, el de todas las comunidades si hiciese falta.

*Agente Medioambiental/Técnico