No corren buenos tiempos para el empresario alicantino Enrique Ortiz. Figura como imputado en varias piezas separadas del caso Brugal por diversos delitos; es investigado también dentro del proceso por la presunta financiación irregular del PPCV, y, en un futuro próximo, volverá a sentarse en el banquillo de los acusados por un presunto fraude fiscal de más de 6 millones cometido en supuesta connivencia con los responsables de Hansa Urbana. En este contexto, Ortiz aprovecha las últimas semanas de verano para relajarse y disfrutar de Ibiza. Así lo evidencian las instantáneas a las que ha tenido acceso Levante-EMV.

El yate Elena, propiedad de Enrique Ortiz, ha fondeado este fin de semana en la Cala de Benirràs, situada al noreste de la isla y conocida por sus «tamboradas» al atardecer del domingo. Además de un baño en aguas del mediterráneo, Ortiz disfrutó de la puesta de sol junto a sus invitados.

Durante todo el día el barco permaneció en las inmediaciones de la cala ibicenca. El empresario tomó sus embarcaciones auxiliares del yate y se desplazó hasta la costa, donde disfrutó de un pequeño aperitivo. Tras el piscolabis, los comensales y el constructor volvieron para comer al barco, valorado en 9,5 millones aunque él desembolsó 7,6 millones en 2006 y 2007.

Además de esta escapada veraniega, la embarcación del empresario también es protagonista de algunos sucesos incluidos en el sumario de Brugal. Elena ha acogido fiestas del empresario con colegas y políticos, y ha sido testigo de su estrecha relación con personalidades tan influyentes como el exalcalde Díaz Alperi y sus sucesora, Sonia Castedo. Precisamente, Castedo disfrutó de «una semana» en el yate de Ortiz de vacaciones en Ibiza, según se desprende de unas escuchas del caso. Ese verano se negociaron las recalificaciones del nuevo plan general de Alicante.

Un anfitrión extraordinario

Con todo, más allá de los quebraderos de cabeza judiciales, las imágenes publicadas revelan a un Ortiz relajado y distendido haciendo gala de sus dotes como un perfecto anfitrión con sus comensales.

Además de disfrutar del sol, la playa y el barco del empresario, el día dio para mucho y del garaje del yate, situado en la zona inferior sacaron las embarcaciones auxiliares y las motos de agua hasta llegar a la costa de la cala ibicenca. Un estupendo plan de verano al alcance de unos pocos.