Los tiempos de austeridad que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se ha visto obligado a imponer en la administración valenciana ha llegado a las dietas e indemnizaciones que cobran cargos y funcionarios. Fabra también ha metido la tijera en este tipo de gastos, de tal manera que, según fuentes de la Generalitat, en seis meses se ha producido un ahorro de 730.639 euros. La iniciativa de recortar en dietas e indemnizaciones fue adoptada en el seno de la comisión interdepartamental para el seguimiento e impulso de las políticas de racionalización y austeridad en el gasto creada en Presidencia el pasado mes de febrero. Este órgano, que tiene certificado ya 417 millones de euros de ahorro, ha puesto en marcha un total de 73 medidas que afectan a numerosos aspectos de la gestión administrativa.

El gasto en dietas e indemnizaciones se produce en la práctica totalidad de conselleries. Es la vía para compensar económicamente a aquellos cargos o funcionarios que en razón de su trabajo tienen que desplazarse a un lugar determinado, lo que, a veces, implica pernoctar fuera de su lugar de residencia. Ello conlleva que la Generalitat tenga que abonarles los gastos de manutención, de desplazamiento y de hospedaje, en su caso.

Fabra, que ya al inicio de su mandato dio instrucciones para poner un tope de 20 euros a las comidas de sus altos cargos, ha extendido sus recomendaciones de ahorro al resto de personal. La filosofía aplicada ha sido evitar en la medida de los posible las situaciones que dan derecho a la percepción de indemnizaciones. Así, por ejemplo, muchas de las reuniones que tiene lugar entre responsables o funcionarios de diferentes conselleries se están realizando mediante la utilización de medios electrónicos, por ejemplo por videoconferencia. De esta manera, se evitan los desplazamientos innecesarios.

Un total de ocho conselleries, incluida Presidencia, han certificado a la comisión de austeridad el ahorro en dietas respecto al año anterior. Las más ahorradoras han sido las conselleries de Educación, Formación y Empleo; y la de Territorio, que han demostrado ante Presidencia una reducción del gasto de 371.000 y 159.720 euros, respectivamente. En Turismo, por ejemplo, se han limitado las dietas por el desplazamiento a ferias nacionales e internacionales. Se pone así coto a situaciones que en su momento fueron objeto de críticas por la oposición. Ferias como las de Fitur en Madrid dejaban antaño prácticamente vacía la Generalitat. Numerosos cargos se desplazaban a la capital y cobraban dietas por kilometraje, comida o manutención. La oposición ha solicitado en numerosas ocasiones tener acceso detallado a estos gastos, que por norma general eran opacos. Fuentes del Consell indicaron que también se han reducido los gastos por reuniones de órganos colegiados. Aunque no es lo habitual, en ocasiones también cobran dietas sindicatos y empresarios.

Las instrucciones del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, de poner tope a las dietas de los altos cargos supondrá en la práctica acabar con las prerrogativas de las que disfrutaba el segundo escalón en comparación con los funcionarios. La instrucción de que los cargos públicos de la Generalitat se ajusten a un menú de 20 euros ya rige para los empleados públicos desde hace más de 14 años a través del decreto por el que se fijan las indemnizaciones por razón de cargo. La última actualización publicada en junio de 2011 fijó en 37,40 euros el límite que un funcionario puede gastar en restaurantes (comida y cena incluida) en caso de desplazamiento por razones de trabajo. Para hospedaje disponen de un máximo de 65 euros. Esto es, unos dos euros menos de lo que a partir de ahora podrán gastarse los altos cargos.

La norma en vigor exime al segundo escalón de los topes máximos que sí rigen para el resto de funcionarios. "Los altos cargos de la administración de la Generalitat devengarán las indemnizaciones por hospedaje y restauración en los importe efectivamente realizados, sin que resulten de aplicación las cuantías del anexo", según reza el decreto ratificado en plena crisis por el anterior gobierno de Francisco Camps.

Las "instrucciones" de ahorro que Fabra ha dado a su Gobierno contradicen este decreto, pero, según fuentes de Presidencia consultadas por este diario, no existe intención de poner las nuevas normas por escrito. "Son normas de comportamiento y de sentido común en tiempos de crisis", aclararon las citadas fuentes. Fabra ha trasladado en varias ocasiones a sus consellers la necesidad de dar ejemplo y aplicar al máximo las medidas de austeridad en el gasto corriente.