Los colegios públicos de la Comunitat Valenciana en los que los respectivos consejos escolares acuerden permitir a sus alumnos el uso de fiambreras en el comedor escolar deberán asumir el coste del servicio, tanto en lo que supone de modificación de instalaciones, compra de microondas y gastos. Así lo manifestó ayer la consellera de Educación, María José Català.

Los centros públicos tienen "una partida considerable por gastos de funcionamiento y pueden hacer frente a cualquier inversión que se realice" afirmó la consellera, pese a la reticencia que los representantes de los directores de Primaria han mostrado ante este nueva iniciativa de Educación que se implanta sin cobrar nada a los alumnos que hagan uso de ella.

Català recordó que su departamento destina 70 millones de euros, 30 de los cuales corresponden a acondicionamiento de los comedores y otros 40 a becas individualizadas.

Sobre los colegios concertados y el empleo de tarteras, Català aseguró que la conselleria no tiene competencias al respecto en sus comedores escolares porque no paga ese concepto.

En cuanto al transporte escolar y los problemas que hay, apuntó que su departamento "analiza todos los días las situaciones que le trasladan los centros y los municipios" y subrayó que la valenciana es la segunda autonomía que más dinero destina a este servicio. "No escatimamos" añadió.