Aquellos que esperaban que el síndic del PP en las Corts, Rafael Blasco, estuviera arrinconado durante las jornadas parlamentarias que el PP celebró ayer con el presidente de la Generaliat, Alberto Fabra, erraron de lleno. Blasco presidió el acto a pesar de que hace más de tres meses que el jefe del Consell lo suspendió de sus funciones cuando la juez que instruyó la causa de Cooperación remitió el caso al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana tras elaborar un durísimo auto donde apreciaba serios indicios de delito en la actuación del exconseller.

Hace tan sólo dos semanas, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana aceptó investigar el caso y todo apunta a que Blasco será citado a declarar como imputado por el fiscal Anticorrupción. En el PPCV todo el mundo considera al todavía síndic fuera de juego y aunque éste ha mantenido el cargo y el escaño (se sienta detrás de Fabra en las Corts) se ha quedado en un segundo plano. Su sustituto en funciones, Rafael Maluenda, ha cogido las riendas del grupo y es quien asiste a todas las obligaciones relacionadas con el cargo de portavoz.

Ayer, sin embargo, Blasco presidió las jornadas e intervino para animar a los diputados a actuar "sin complejos" defendiendo las políticas del Gobierno valenciano. El síndic apeló a los diputados a realizar una tarea "de pedagogía política", tal como se ha desarrollado en el último año en las oficinas parlamentarias comarcales. Tras Blasco se dirigió a los diputados su sustituto en funciones, Maluenda, una escena que varios diputados del PP admiten en privado que resulta como mínimo chocante.

A las jornadas que se celebraron en las Corts no asistió ni el expresidente de la Generalitat Francisco Camps, ni la expresidenta de las Corts y alcaldesa de Novelda, Milagrosa Martínez, ni tampoco la primera edil de Alicante, Sonia Castedo. Martínez está imputada en la causa sobre financiación irregular y Castedo, a las puertas de serlo por el caso Brugal.

El presidente de la Generalitat Valenciana y del PPCV, Alberto Fabra, que llegó para la clausura y después comió con los diputados, aprovechó su intervención para lanzar un mensaje de optimismo, si bien admitió que la legislatura será "complicada, muy dura". Por ello, pidió a los diputados unidad y fortaleza. Fabra adelantó las grandes líneas de su discurso en el debate sobre el Estado de la Comunitat que se inicia el martes próximo. Reiteró ante los suyos su voluntad de reducir el número de diputados y de adelgazar la Administración, reduciendo gastos de los órganos consultivos. Fabra se comprometió también en mantener el gasto social. Como gesto de buena voluntad, además del vicepresidente José Císcar, intervinieron los consellers "sociales": María José Català, Luis Rosado y Jorge Cabré. Nadie pidió la palabra.