Una treintena de estudiantes y profesores interinos irrumpieron ayer en el paraninfo de la Universitat de València y, al grito de "Aquí no hay nada que celebrar", "Mucha corbata y poca vergüenza" o "Esto es capitalismo, no es crisis", suspendieron durante ocho minutos el acto de apertura del curso 2012-13, cuando se estaba leyendo la memoria anual. Los jóvenes vociferaron en favor de la enseñanza pública y contra la subida de tasas, por lo que pidieron al rector "la insumisión" al decreto de recortes o su "dimisión".

El rector, Esteban Morcillo, con una actitud impertérrita, les hizo callar para recriminarles "la falta de respeto al protocolo de un acto académico solemne y a su autoridad legítima", ya que debían haber pedido permiso para intervenir, a la vez que les conminó a abandonar la sala, lo que hicieron tras leer un manifiesto, sin llegar a efectuarse la intervención de la seguridad del recinto.

El grado de crispación social lo traduce uno de los jóvenes que, chillando, preguntó a las autoridades si iban a comer en fiambrera y si habían llegado en coche oficial o se guiaban por la norma de los tres kilómetros en línea recta, en referencia a la nueva norma para usar el transporte escolar público.

Minutos antes, ante las puertas entornadas de la sede histórica de la Universitat, un numeroso grupo de profesores y alumnos -también estaba el diputado de EU, Ignacio Blanco- desplegó pancartas en contra de los recortes en la educación pública, la subida de tasas universitarias y el decreto de ajustes del ministro Wert e increpó a empresarios, a la Iglesia -al paso del arzobispo Carlos Osoro quien acudió al acto académico- y la Generalitat. Apenas había presencia policial.

El resto del acto, al que asistieron los rectores de la Politècnica y la Jaume I, así como representantes de diferentes partidos y de STE y CC OO, transcurrió con relativa normalidad hasta que el director general de Universidades -y único representante del Consell-, José Miguel Saval, pronunció su discurso. Entonces, varios profesores, dos con traje académico, y miembros del personal de administración y servicios se levantaron con camisetas rojas y le espetaron una cartulina del mismo color.

Saval se mostró comprensivo con las críticas, que "las acepto y comparto" dijo, de los universitarios a los recortes en educación.

Morcillo estaba especialmente enojado con la protesta porque el grueso de su discurso cuestionaba, precisamente, estas políticas de ajustes -como la subida de tasas académicas "que supone un riesgo de exclusión"-, de los gobiernos central y autonómico y se hacía eco "del profundo malestar" universitario. No obstante, explicó a los periodistas que no habrá ninguna apertura de expediente.

"Las universidades públicas sufrimos ajustes presupuestarios acumulativos los últimos años que ahogan nuestras actividades" en la implantación de títulos, la investigación, en inversiones e infraestructuras que "ya está teniendo circunstancias", afirmó el rector.

El director general explicó que su "Gobierno continuará con los ajustes pero apostando por la universidad", asumió los errores del Consell en la aprobación de carreras duplicada y aseguró que se han subido las tasas "sin tener ganas de hacerlo", pero "cada uno debe asumir sus responsabilidades".