A partir de marzo de 2013 la sanidad valenciana empezará a tener un nuevo rostro que será más enjuto pues en el manejo de los servicios primará una sola consigna: ahorrar al máximo para compensar el déficit de la Conselleria de Sanidad y para que las empresas privadas que se van a hacer cargo de la gestión obtengan beneficios. Hasta once veces pronunció ayer la palabra ahorro el conseller de Sanidad, Luis Rosado, „se las contó, y así lo dijo, el titular de Hacienda, José Manuel Vela„ en la exposición de lo que va a ser el nuevo modelo de gestión sanitaria compartida que aprobó ayer el Consell y en el que, una vez más, la Comunitat Valenciana se convertirá en la cobaya al tratarse de un ensayo pionero en España.

El responsable sanitario tuvo que reconocer ayer en la rueda de prensa posterior del pleno del Consell que el famoso canon de 360 millones que las empresas privadas iban a pagar a la conselleria a final de año por explotar los servicios generales de sanidad, según se indicaba en el primer borrador de gestión compartida que Rosado anunció en abril, ha quedado en humo, como adelantó Levante-EMV. Ni lo querían los empresarios ni lo consintieron la Abogacía y la Intervención de la Generalitat, al salirse del marco legal.

«Era complicado», declaró ayer Rosado que admitió que había dificultades financieras por parte de las empresas para pagarlo (nunca lo aceptaron) y problemas jurídicos para recibir ese ingreso extra, que en su momento no fue más que una salida airosa para conseguir recursos en un momento de pánico financiero de la Generalitat (todavía no existía el Fondo de Liquidez del Gobierno central).

El nuevo plan de gestión sanitaria que ayer presentó el conseller parece salido de la mano de lo que él denominó en el primer intento fallido «diálogo competitivo» entre las empresas y la conselleria. De hecho, parece un traje a medida de las adjudicatarias que gestionarán todos los servicios, salvo los asistenciales y el personal.

El concurso de auditores externos

La novedad más importante del nuevo modelo es que la conselleria incorporará consultores externos de gestión a través de concursos de dos años, prorrogables a otros dos, que auditarán y controlarán la gestión de los actuales directivos sanitarios y detectarán las bolsas de ineficiencia para forzarles a ahorrar.

El trabajo de los auditores con los equipos directivos se asentará sobre una premisa: cuanto más ahorren, más ganan, según anunció ayer Rosado. También se prevén penalizaciones en caso de no obtener los resultados estimados.

Estas empresas de ingeniería de procesos se encargarán también de regular la productividad del personal sanitario a través del pago de incentivos por objetivos.

El nuevo modelo de gestión con el que se pretende ahorrar 1.745 millones de euros en diez años supondrá un giro rotundo de timón respecto al que está en vigor, ya que introduce una nueva reorganización del mapa sanitario al agrupar los 18 departamentos actuales ajenos al «modelo Alzira» (5) en siete lotes para sacar a concurso tanto los servicios generales como el modelo de incentivos que se asignará a las consultoras externas. La misma adjudicataria no podrá quedarse con más de tres lotes.

El concurso de servicios generales agrupará la gestión de la seguridad, restauración, lencería, lavandería, mantenimiento, equipamiento, teléfono e internet de todos los centros sanitarios. También se incorpora una tasa de explotación para los kioscos y cafeterías.

La iniciativa tropieza con un gran obstáculo y es que la mayoría de estos servicios están ya adjudicados por lo que habrá que esperar a que finalicen o indemnizar a las actuales adjudicatarias para dar por concluidos los contratos. Con esta fórmula se espera ahorrar 13,5 millones anuales.

El tercer bloque de aminoración de gasto se logrará a través de una central logística „una por provincia„ en un concurso de seis años, prorrogables otros 4, que centralizará el almacenamiento del material sanitario.

La conselleria ya intentó poner este modelo en marcha y no lo hizo al comprobar que el coste del transporte de la única central a todos los centros sanitarios era mayor que el ahorro que se lograba que ahora se ha estimado en 14,5 millones anuales y 105 en diez.

El cuarto bloque de ahorro es la incorporación de la «tarifa plana» en la gestión compartida de servicios complementarios como oxigenoterapia, ambulancias, hemodiálisis y resonancias. Si se pasan del presupuesto, las adjudicatarias no obtendrán beneficio.

Una comisión de seguimiento formada por los gerentes, adjudicatarias y logística vigilará el cumplimiento del nuevo modelo.

«Es un modelo confuso y privatizador que descalifica a los directores de centros»

El portavoz socialista de Sanidad en las Corts, Ignacio Subías, ha calificado de «confuso, preocupante y privatizador» el nuevo modelo sanitario porque «privatiza lo que ya estaba privatizado y ahonda en el control a través de empresas privadas sobre la gestión pública». Compromís y Esquerra Unida han denunciado que el nuevo modelo «ahonda el control de las empresas privadas sobre la gestión pública», «profundiza la privatización», «devalúa los servicios sanitarios y saquea las arcas públicas».

CC OO ha manifestado que «abre el camino a una futura privatización del servicio sanitario, pero se queda en medidas para reducir el gasto». Sin embargo ha criticado que en nuevo modelo desautoriza a los directivos de las instituciones sanitarias, al reiterar el Consell que les falta criterio para dirigir los centros y detectar las bolsas de ineficiencia, por lo que contratarán consultoras para que gobiernen la gestión económica. Por otra parte, la nueva Coordinadora asamblearia de Ciudadanos Antiprivatización de la Sanidad ha convocado una asamblea el lunes a las 19.30 en la plaza del Ayuntamiento. p.g. b. valencia