«Las polémicas sobre el trasvase del Ebro y la lengua pertenecen al ámbito político. Una red de cooperación económica como la denominada eurorregión en ningún caso tiene contenido político». Fueron las primeras palabras del presidente del Consejo de Camaras de Cataluña, Miquel Valls, en un acto en Valencia el 1 de marzo de 2005.

Arrancó una serie de reuniones que pretendían, en palabras del expresidente de la Cierval Rafael Ferrando, «que se visualice que los empresarios de la costa mediterránea trabajan conjuntamente». El intento de articulacion de una eurorregión europea en torno a un eje mediterráneo para el que reclamar inversiones de la UE tuvo a Maragall como gran impulsor.

Al entonces jefe del Consell, Francisco Camps, «nunca le hizo gracia», lamenta el profesor Boira, gran defensor de esa apuesta. Los flujos económicos entre Cataluña y Valencia acreditan que las relaciones entre vecinos son más dinámicas de lo que los poderes públicos aparentan. El principal cliente de Cataluña es la Comunitat Valenciana, a la que vendió entre 1995 y 2009 por 7.520 millones de euros, un tercio de su facturación total a España.

Valencia es, además, el principal proveedor de Cataluña con 4.469 millones. No es extraño que Valls pidiera a Maragall «las mejores relaciones con los valencianos». Boira esta convencido de que el mandatario catalán buscó con ese proyecto una salida a su aspiración federalista. Quizás habría sido una válvula de descompresión que no funcionó porque no tuvo ni los fundamentos políticos necesarios ni recorrido económico. «A Cataluña se le han cerrado todas las puertas y entonces no queda nada y pasa lo que pasa», concluye Boira.

Al fracaso de la eurorregión se sumó el apagón de TV3 en la Comunitat Valenciana. El Consell precintó los repetidores de Acció Cultural, a la que le impuso hasta 800.000 euros en multas. La propietaria de los repetidores impulsó la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) Televisió Sense Fronteres, avalada con 651.000 firmas en favor de la reciprocidad de las emisiones de TV3 y Canal 9 en Cataluña y Valencia. Hace dos semanas, el PP impuso su mayoría absoluta en el Congreso para enterrar definitivamente la posibilidad de que haya intercambio de señales.