La Fiscalía Anticorrupción solicitó ayer a la juez que instruye el caso Cooperación que retire el pasaporte al exconseller de Solidaridad y diputado del PP imputado en la causa, Rafael Blasco, por su presunta implicación en el desvío de fondos de la Generalitat al Tercer Mundo, según pudo saber este periódico. La propuesta fue secundada por la acusación popular, ejercida por la Coordinadora Valenciana de ONG, y se toma por diversas motivaciones, entre ellas el riesgo de fuga.

Blasco, a quien se le atribuyen los presuntos delitos de fraude de subvenciones, prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y falsedad documental, fue interrogado durante nueve horas en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana y según manifestó, entregó a la juez su declaración de bienes para demostrar que éstos no se han incrementado en sus años como cargo público, casi desde los inicios de los años 80.

La juez y el fiscal preguntaron a Blasco sobre los sobres que presuntamente le habría enviado la trama corrupta a las Corts o a otros lugares previamente pactados. El diputado del PP contestó que "no se preocupaba como conseller" de este tipo de gestiones, que habrían hecho sus subordinados, entre ellos su secretaria, que según las conversaciones intervenidas era quien recogía estos artículos en zonas como "la Casa de los Caramelos".

Sobre el proyecto del Hospital de Haití, en el que la trama ahora investigada pretendía embolsarse 2 millones de euros, el exconseller de Solidaridad manifestó que el interés que tenía en que se construyera la infraestructuras es que "era una iniciativa de Camps, un proyecto del presidente".

Tanto el Ministerio Público como la juez insistieron mucho en el organigrama de la extinta Conselleria de Solidaridad, para determinar responsabilidades. Blasco aseguró que como conseller "no es responsable administrativo" de las adjudicaciones y repartió las cargas entre los sucesivos directores generales que estuvieron en su departamento. Eso sí, siempre defendió durante las ocho horas y media de declaración que todos los proyectos "cumplen la legalidad".

También incidieron la jueza y el fiscal en su relación con el exjefe de área de Cooperación, Marc Llinares. Blasco defendió que Llinares había obtenido su plaza "por oposición" y que tenía competencia en el departamento. Sobre las acusaciones de la juez sobre el exjefe de área, al que atribuyen haber recibido dinero en un cuenta de Miami, Blasco afirmó que "él sabrá por qué ha hecho lo que dicen que ha hecho".

El exconseller afirmó, preguntado por su relación con Tauroni, que era la "propia" de un conseller con un adjudicatario, sin extenderse mucho más en la respuesta. Las conversaciones revelan que la relación entre Blasco y Tauroni duró muchos meses después de estar en la conselleria, e incluso, que quedaban habitualmente para comer o visitar sus respectivas viviendas. Es más, la policía piensa que tenía negocios juntos.

Por otro lado, a Blasco se le preguntó textualmente si sabe si tenía algún tipo de apodo, a lo que respondió que no: "no, yo no tenía ningún apodo", aseveró. El sumario recoge que algunos imputados le llamaban "Roger Rabbit", "Conill" o "Conejo". En casa de Tauroni se encontraron anotaciones manuscritas que vinculaban iniciales a determinadas cantidades. Así, figuran las iniciales "RR", según la policía "Roger Rabbit", con la anotación de dos cantidades por importes de 5.000 euros y de 7.500 euros.

A la salida del juzgado a las 21.20 horas, había entrado a las 8.15 de la mañana, el exconseller de Solidaridad aseguró que "después de veinticinco meses de linchamiento público y mediático sin que se haya respetado mi presunción de inocencia ni el derecho a un juicio justo, he podido demostrar que mi acusación no tiene objeto alguno".

Carteles del FRAP y gritos de "corrupto"

La declaración ante la juez del caso Cooperación del exconseller de Solidaridad y diputado del PP, Rafael Blasco, no tuvo el "glamour" de otros interrogatorios de políticos valencianos en el Tribunal Superior de Justicia. Sólo una docena de miembros del 15M calentaban la mañana con referencias a la militancia del exportavoz del PP en el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) en sus años mozos y llenaron la calle del Palacio de Justicia con carteles de Blasco con niños del Tercer Mundo. Los jóvenes estuvieron lanzando cánticos contra Blasco hasta que pasó la marcha de universitarios en huelga que se detuvo unos 10 minutos frente al alto tribunal. "El conseller, a Picassent", "corrupto" o "Blasco me das asco", fueron algunas de las afirmaciones de los estudiantes. El exconseller se salvó de escuchar estos improperios puesto que entró en el TSJ a las 8.15 de la mañana y no salió del edificio ni para comer, cosa que sí hicieron la juez, los fiscales y las partes, incluido su abogado Javier Boix. Nadie del PP acudió ayer a apoyarle.