Nunca pensó María Teresa Guardiola que su mandato al frente del colegio de farmacéuticos más antiguo de Europa estuviera tan teñido de turbulencias, noches de insomnio y preocupaciones. Como ella misma relató a este periódico, en el último año los farmacéuticos han pasado de ver la crisis a través de la pantalla de la televisión a sufrirla en sus propias carnes. Este sector, considerado socialmente como uno de los más privilegiados, se ha convertido de la noche al día —que se traduce en un semestre de 450 millones de impagos— en protagonista de un drama sin fin. En este tiempo, la presidenta del colegio de Valencia y del consejo autonómico ha intentado mantener desplegadas las velas de la negociación con quien hiciera falta con tal de conseguir un único objetivo, que era cobrar.

¿Seis meses de reivindicar a la Conselleria de Sanidad que les paguen son muchos?

Esta situación se ha hecho muy larga y ya queremos soluciones definitivas.

¿Cómo vive usted esta lucha sin tregua desde la presidencia?

Intensamente en todos los niveles, porque vives el problema de cada uno de los farmacéuticos, que es común a todos porque se trata de la falta de liquidez que ya se está viviendo de forma personal y muy dramática. Y porque lo vivo con la responsabilidad de no cometer ningún tipo de equivocación, aunque los resultados a nivel económico han sido malos porque nos deben 450 millones, aunque la Junta y yo tenemos la conciencia muy tranquila porque hemos hecho todo lo que podíamos y debíamos hacer.

Usted defendió que la deuda de los farmacéuticos se incluyera en el Fondo de Liquidez Autonómico FLA.

Ese ha sido el objetivo fundamental desde julio, porque entrar en el FLA era la única propuesta firme para solucionar el problema de liquidez.

Pero del FLA sólo les han pagado la factura de un mes: de 15 de abril a15 de mayo.

Sólo nos han solucionado una liquidación, un mes, que cobramos el martes, pero esto no lo interpreto como que no hemos hecho lo correcto, sino a una falta de liquidez del Gobierno para conceder a la Comunitat Valenciana lo que realmente se necesita. El FLA no cubre todas las necesidades, sino que se concibió para cubrir el déficit de la Comunitat Valenciana, que era superior a lo normal.

A estas alturas del año estiman que su deuda representa el 4 % del presupuesto de la Generalitat.

Sí, y entiendo que teníamos que haber tenido un sistema compensatorio porque nuestra deuda es el 4 % del presupuesto de la Generalitat, que es lo que deben las farmacias a los bancos.

¿Qué propone?

Que la deuda a las farmacias se considere como una deuda bancaria, porque es lo que nosotros debemos a los bancos, avalados por nuestro patrimonio. Lo que queremos es que desde el FLA se arbitre un mecanismo especial para pagar a las farmacias valencianas.

Como a las catalanas.

A las farmacias catalanas les pagaron 100 millones que les debían de julio. ¿Por qué con nosotros, que estamos en una situación real de desabastecimiento, no se arbitra un mecanismo para evitar un problema de salud pública en la Comunitat Valenciana?

¿La única salida es el cierre?

En este momento sí. Se ha votado en las asambleas comarcales y en el consejo autonómico para unificar los criterios de cierre continuado de dos tercios de las oficinas cada día.

¿Hay farmacéuticos que se encuentran en situaciones límite?

Nosotros no salimos en los programas de la televisión, pero el problema es similar al de los desahucios. Te tiemblan las piernas cuando te piden algo y piensas no lo tengo, no lo tengo, no lo tengo... y no lo puedo comprar. Ya hay 200 farmacias que han presentado concurso de acreedores.

¿Ha hecho todo lo posible con la Administración para cobrar?

Sí, tengo la conciencia muy tranquila. Hemos adoptado medidas y confiaba en que a través del FLA se solucionaría el problema, por eso vamos a pedir medidas complementarias para que se ponga en marcha un mecanismo que el FLA permite y para conseguir que se nos abone lo que nos deben.

¿Qué piensa al levantarse y acostarse?

Que tenemos que cobrar..., no tengo otra preocupación.

Un grupo de farmacéuticos ha pedido su dimisión.

Es muy libre. Que la pidan, pero estamos en una democracia y como la línea que estoy siguiendo es la recta, cuando llegue el momento, que se presenten a las elecciones o que presenten una moción de censura. Si las ganan, adelante, pero mientras tanto, hay que cumplir los estatutos.

Su presidencia está siendo muy dura.

Sí, porque se ha juntado con una situación de crisis que ha afectado de pleno a las farmacias y a esta comunidad, otras no están así, han sufrido recortes por los decretos, pero no lo que nosotros. El problema común es la deuda. No hay que perderlo de vista.