Los avistamientos a bordo de los barcos de Balearia que cruzan a diario el mar Balear, entre el litoral valenciano y catalán y el de Mallorca e Ibiza , ha permitido avanzar en el conocimiento de la ecología de las distintas especies de medusas, tanto en su distribución espacial como temporal.

La observación directa ha permitido constatar las zona de presencia habitual de cada una de las especies así como hacer una proyección sobre sus poblaciones, aunque la falta de datos anteriores impide constatar o refutar las teorías sobre un incremento de las poblaciones de medusa provocado por el aumento de la temperatura del mar.

La investigación, en la que participan la Fundació Baleària, el CSIC y la Universitat d'Alacant, comenzó en 2010 y este año ya se cuenta con información de más de 120 viajes. "Lo más importante es que hasta que se inició el presente estudio no existían cifras concretas sobre las diferentes especies de medusas que transitan entre la península y las islas", aseguró la investigadora y directora del trabajo Verónica Fuentes.

"A medio plazo se podrán establecer relaciones, por ejemplo, entre la temperatura del mar, la cantidad de plancton, o el origen de determinadas masas de agua, que permitirán, entre otros, prever desplazamientos en masa de estos organismos hacia las playas", añadió.

Los avistamientos se realizan en continuo durante toda la travesía del ferry con tres investigadores en cada barco y con el uso de programas y tecnologías específicas par esta misión.

Los mapas realizados se basan en los avistamientos de medusas cuantificados en invierno (enero a marzo), primavera (abril a junio), verano (julio a septiembre) y otoño (octubre a diciembre). En invierno las especies más abundantes han sido la "Pelagia noctiluca" y la "Aequorea forskalea". Durante la primavera se ha observado la mayor diversidad de medusas con la presencia de las dos especies citadas y de la "Velella velella" en elevadas densidades, y avistamientos puntuales de otras especies como "Rhizostoma pulmo","Aurelia aurita" o "Chrysaora hysoscella".

Afortunadamente para los bañistas, la presencia en el Mediterráneo de la temida "Carabela portuguesa" o "Physalia physalis", muy irritante y tóxica es anecdótica, según estos informes.