Aznar reivindica en sus memorias el modelo de financiación que rechaza Fabra

"Algunos círculos del partido especulaban con Zaplana" como sucesor, revela el expresidente

j. l. g. valencia

El expresidente del Gobierno José María Aznar (1996-2004) considera que el modelo de financiación autonómica impulsado al inicio de su mandato -y modificado en 2002- es "bueno y razonable". Es más, "si el PSOE de Zapatero no hubiese decidido cambiarlo de manera innecesaria, la situación de España sería hoy bastante mejor", sostiene el antiguo líder del PP. Aznar realiza estas reflexiones en el primer volumen de sus memorias ("Memorias I", Planeta), que se presenta el 26 de noviembre en Madrid y de las que ayer se avanzó un extracto.

Pese a las valoraciones de Aznar, lo cierto es que pocos asuntos generan en Valencia tanto consenso como la marginación que, desde siempre, se ha sufrido en materia de financiación con los modelos impulsados por los Gobiernos de PP y PSOE. Empresarios, economistas, Consell y oposición rechazan un sistema que ha dejado de enviar a Valencia miles de millones de euros. "Ya está bien, hasta aquí hemos llegado", espetó el conseller Vela hace unos días a sus compañeros de partido en Madrid.

El modelo de 2002, bautizado como "modelo Zaplana", situó a la Comunitat Valenciana en la cola de la financiación per cápita. Con el sistema vigente, el de Zapatero (2009), básicamente se actualiza la población y se crean algunos mecanismos, como el fondo de competitividad que compensa a la C. Valenciana. El nuevo sistema reduce la diferencia con la media, pero Valencia sigue marginada.

Al margen de esto, el extracto de las memorias conocido ayer no recoge menciones explícitas a Valencia. Eso sí, incluye un pasaje en que Aznar contempla a Eduardo Zaplana entre los candidatos a sucederle. "El debate no se circunscribía a las tres personas ya citadas [Rajoy, Rato, Mayor Oreja]. También se especulaba con los nombres de Ángel Acebes, de Alberto Ruiz Gallardón y, en algunos círculos del partido, con el de Zaplana", dice.

Además, el AVE Barcelona-Valencia aparece de pasada, a raíz de un encuentro en 2003 con el entonces president Maragall y en el que Aznar se reconoce perplejo por los proyectos del catalán. "Según Maragall hablaba, yo pensaba: 'Esto no tiene sentido; esto no va a ningún sitio'. Cuando acabó con lo del gobernador, siguió con el AVE. Me explicó que había que cambiar todo el planteamiento de las obras públicas en España: En lugar de un AVE Madrid-Barcelona, había que construir un AVE Barcelona-Bilbao y otro Barcelona-Valencia, porque eso era lo justo y lo conveniente. Yo le escuché en silencio", relata.

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