Más equis y menos cepillo

La diócesis de Valencia logra un superávit de 1,4 millones en 2011 gracias al aumento de recaudación tributaria por la "X"

paco cerdà valencia

La Iglesia valenciana consiguió en 2011 un milagro económico: pese a la crisis general, cerró el ejercicio con un superávit de más de 1,4 millones de euros. El buen resultado anual se produjo a pesar de que la limosna en el cepillo no funcionó como otros años: la aportación voluntaria de los fieles valencianos se redujo un 9,7 % con respecto al ejercicio anterior y se quedó por debajo de los 1,3 millones de euros. Menos monedas y monedas más pequeñas. Así transcurrió el año para el cepillo de las parroquias. Sin embargo, la Iglesia ha encontrado un método para paliar con creces ese descenso de 140.000 euros en limosnas. Es la asignación tributaria, que el año pasado se disparó.

La Archidiócesis de Valencia recaudó 10,1 millones de euros a través de la casilla de la declaración de la renta que, al ser marcada con una equis, destina el 0,7 % de los impuestos al sostenimiento económico de la Iglesia. Es una forma más barata de ayudar: no es dinero del bolsillo particular que va a la Iglesia, sino la parte de impuestos que debían acabar en el Estado y que, por voluntad del declarante, se desvían a las arcas de la organización religiosa.

La "X" -y las activas campañas informativas que realiza la Iglesia- ha devenido fructífera para la diócesis de Valencia: en 2009 recaudó casi 8,9 millones; en 2010 logró casi 9,1 millones; y en 2011 ha dado un salto cualitativo de más de un millón de euros hasta alcanzar los 10,1 millones. Con ello, el dinero obtenido por el Arzobispado de Valencia a través de la "X" de la declaración de la renta es casi ocho veces superior a la aportación directa de los feligreses.

Además de la asignación tributaria, el capítulo de ingresos extraordinarios -no especificados- que recoge 720.875 euros ayudan a a explicar el superávit de 1,4 millones, algo inferior al del año pasado (1,8 millones).

En el apartado de gastos, el capítulo de personal volvió a absorber la mitad de los gastos ordinarios: se destinaron casi 4,3 millones a la retribución del clero, y se gastaron más de 1,1 millones en pagar al personal seglar. La conservación de edificios y su funcionamiento también concentró una cantidad significativa: casi 2,3 millones de euros. Fuera del balance económico figura la inversión en nuevos templos, que ha caído de 1,6 milloners de euros en 2010 a apenas 67.000 euros en 2011.

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