"La situación no ha cambiado en los úlimos años, al contrario, ahora hay más violencia contra las mujeres y menos denuncias", explica a Levante-EMV la fiscal delegada de violencia sobre la mujer, Rosa Guiralt. Según la fiscal, la complicada situación económica que atraviesa el país tiene un impacto bien directo en lo que a denuncias y amparo institucional a las víctimas de esta violencia machista se refiere. Por ello, Guiralt reclama más atención por parte de las administraciones para erradicar desde la infancia cualquier brote de desigualdad que pueda desembocar en violencia futura.

"Las denuncias han disminuido considerablemente durante este año, bien porque muchas mujeres han vuelto a sus países de origen o bien porque no son independientes económicamente hablando y tienen miedo a denunciar y quedarse en la calle", indica Guiralt. A falta de estadísticas oficiales de cierre del ejercicio 2012, un informe de Adecco recoge que en la Comunitat Valenciana se han registrado cerca de 8.800 denuncias. "Antes, en un día recibíamos 4 o 5, hoy sólo llevo una", lamentó la fiscal.

Más de 600 mujeres en 10 años

Guiralt repasa las cifras, que son más que meros números para ella. Les pone nombre y apellidos a todas esas mujeres que han muerto a manos de sus parejas o exparejas, un total de siete en lo que va de año en la Comunitat Valenciana. "El problema es que no existe una igualdad real. Esto sólo cambiará cuando las mujeres adquieran mayor responsabilidad, cuando exista un gobierno que esté dispuesto a admitir que todos somos iguales". Y es que el machismo no entiende de fronteras, ni de clases sociales.El dato más escalofriante lo arroja el Ministerio de Sanidad: un total de 649 mujeres han muerto a manos de sus parejas o exparejas desde 20003 hasta la actualidad.

Para Guiralt, los recortes en servicios sociales pasan una gruesa factura a las maltratadas. "Donde antes había dos psicólogas ahora hay una". Y la falta de presupuestos que acompañen a la ley, unido a la crisis que azota a los hogares, se traduce en un mayor desamparo de las víctimas. "Una mujer sólo denuncia cuando siente respaldo de las administraciones, y no es no está ocurriendo", lamenta la fiscal. "Las maltratadas tienen que entender que la única salida a ese infierno es denunciar y, muy importante, no dar segundas oportunidades".