Estamos en la sociedad de los cuidados. ¿Qué falla?

Estamos en una sociedad capitalista y patriarcal en la que todo está mercantilizado, y es necesario provocar un cambio de modelo de sociedad en el que los cuidados se conviertan en una necesidad socialmente asumida como derecho universal básico. Pero con igualdad entre sexos.

Las mujeres siguen soportando las cargas de esos cuidados a niños, mayores, dependientes. ¿Por qué no se rompe ese patrón?

Sí, las mujeres siguen asumiendo, casi en exclusiva, la responsabilidad del cuidado a otras personas, ya sea de forma remunerada o no. Es un modelo caduco que genera insatisfacciones generalizadas y hace que una parte de la población sufra situaciones de múltiple discriminación. No existe un reparto equitativo de responsabilidades familiares entre hombres y mujeres.

Pero no basta con remunerar los cuidados.

No. Hay cuidados profesionalizados que pueden ser remunerados y mercantilizados, y hay otros que no pueden ser sustituidos. La solución no está tanto en remunerar los cuidados, como en establecer otra base de reparto del trabajo no remunerado. Hay que reorganizar los tiempos de vida: los tiempos del empleo y de los cuidados no remunerados, de la atención a otras personas de forma no remunerada.

¿Y los hombres están por la labor?

Mucho menos de lo que quisiéramos. Cada vez hay más hombres sensibles al reparto de tareas, pero siguen siendo minoría.

¿Y qué pueden hacer las mujeres para cambiarlo?

¿Cómo podríamos incidir en el cambio de comportamiento de los hombres? Te doy una propuesta concreta: una ley que otorgue el mismo derecho a hombres y mujeres a ausentarse del trabajo por paternidad. Así, los hombres participarían desde el principio en la asunción de responsabilidades en el cuidado de su hijo y lanzarían un mensaje de igualdad a la sociedad. Así, además, las mujeres dejaríamos de estar penalizadas en el ámbito del trabajo por tener hijos.

¿Y los mayores, ya nadie cuidará de sus familiares en el futuro? ¿Todo serán "cariños pagados"?

Pueden profesionalizarse todas las actividades asistenciales, pero eso no sustituye el cariño y el afecto que todas las personas necesitamos. Eso forma parte de las responsabilidades familiares que también hemos de asumir en condiciones de igualdad.

Y no limitarse a pagarlos...

No. La solución no es pagar a las mujeres que se encargan de los servicios de la casa, porque eso fortalecería aún más la división sexual del trabajo y no permitiría cambiar la situación. No hay que reforzar el papel social de mujeres y hombres, sino provocar otro reparto de papeles en condiciones de igualdad.

Las mujeres inmigrantes son explotadas en materia de cuidados.

Sí. Ellas, que permitieron la incorporación al mundo laboral de las mujeres españolas, han sufrido una picaresca abusiva con la Ley de las Empleadas del Hogar. Muchos empleadores les han rebajado el sueldo a cambio de pagarles la Seguridad Social, o las han hecho trabajar más horas por menos dinero para darlas de alta y que la trabajadora pueda renovar su permiso de residencia. A veces se roza la esclavitud.

¿Dónde ve el nuevo machismo?

El nuevo machismo, que es el de siempre, está creciendo desde una actitud de revanchismo hacia las conquistas de las mujeres en los últimos años. También se ve en la impunidad y la sensación de indiferencia ante el aumento de la violencia machista.