Investigadores valencianos trabajan en el desarrollo de nuevos sistemas de depuración basados en oxidantes para evitar que los contaminantes emergentes, entre los que se encuentran los restos de drogas y medicinas de uso común como los antiinflamatorios, pasen al agua potable de consumo.
Ainia centro tecnológico y el Instituto Tecnológico Metalmecánico-Aimme estudiarán alternativas de tratamiento de aguas basadas en la oxidación avanzada que sean capaces de reducir compuestos como los pesticidas o fármacos que las actuales depuradoras y potabilizadoras no pueden eliminar.
El proyecto Oxagua, financiado por el Impiva y los fondos europeos Feder, estudia la aplicación de procesos de oxidación avanzada con ozono (Ainia) o mediante procesos electrolíticos (Aimme).
Investigadores del proyecto Scarce reunidos en Valencia han confirmado la presencia en peces de los ríos Ebro, Llobregat, Júcar y Guadalquivir, de restos de productos farmacéuticos como el diclofenaco o en voltarén. Entre estas sustancias presentes en el agua y hasta ahora ignoradas destacan los derivados de fármacos, productos de higiene personal, subproductos desinfectantes, pesticidas, aditivos para el combustible e incluso drogas.
Ayer, la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo decretó ayer que el diclofenaco sea una sustancia peligrosa en los anexos de la Directiva Marco del Agua, según el eurodiputado socialista valenciano, Andrés Perelló.
El eurodiputado aseguró que, aunque el Consejo quería mantener fuera de las listas de peligrosidad sustancias como el diclofenaco, el Parlamento ha consensuado una posición por la cual la sustancia entra en la lista prioritaria de vigilancia.
Según Perelló, "la presencia de restos de diclofenaco en peces del Xúquer y el Ebro nos demuestra que es necesario regular determinados tipos de fármacos bioacumulativos que pueden llegar a dañar gravemente a los ecosistemas y a la salud de la población que depende de las aguas en las que se vierta".