Diez años esperando. Así ha estado la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) para ver si la Iglesia concedía la aprobación canónica al Missal romà en valenciano que la Acadèmia presentó, en 2002, a todos los obispos de la diócesis valencianas. Era una propuesta elaborada por la Comissió de Textos Religiosos de la AVL y pretendía dotar a los sacerdotes de un texto oficial con el que poder decir misa en la lengua propia. Pero el bloqueo sistemático al proyecto que ejerció el cardenal García-Gasco y la parálisis aplicada por el actual arzobispo Carlos Osoro -frente a las esperanzas despertadas al inicio de su pontificado-, ha impedido que se avance en esa autorización romana al misal en valenciano. Pese a ello, la AVL comunicó ayer de manera oficial que ha acordado la publicación del Missal romà "a pesar de no tener la aprobación canónica".

"La edición del Missal romà será una propuesta que la institución normativa presentará a la comunidad eclesiástica valenciana para que la liturgia pueda celebrarse en la lengua propia, como reclaman desde hace años una buena parte de los sacerdotes valencianos", anunció la AVL. Es, sin duda, un desafío a la jerarquía de la Provincia Eclesiástica Valentina, de quien depende elevar a Roma la petición de un misal en valenciano.

Ahora mismo, para las eucaristías diarias circulan misales en valenciano elaborados por particulares, asociaciones o ayuntamientos que carecen de la autorización oficial de la Santa Sede. El único texto oficial en valenciano es el Llibre del Poble de Déu, de 1974, que recoge la misa para días festivos y festividades. No para el día a día.

Además del missal, la Acadèmia publicará los tres volúmenes de los Leccionaris dominicals y l'Oracional, y en una segunda fase editarà el Cantoral, con las contestaciones de los fieles en la eucaristía y en todos los rituales. El arzobispado transmitió ayer el "desconocimiento" de la medida y recalcó que el missal de la AVL "no tendrá validez litúrgica". Y no dijo nada más.