El Gran Premio de Europa de Fórmula 1, en el circuito urbano de Valencia, es el paradigma del fracaso de un modelo de impulso de un gran evento en el que empresas públicas (la Sociedad Proyectos Temáticos y el Circuit del Motor) sientan las bases para la privatización de las ganancias y, consumada la inviabilidad del negocio, se acaban socializando las pérdidas.

Primero, el Consell asumió, a través de la Sociedad Proyectos Temáticos y por contrato de 2009, pagar por Valmor Sports S. L. el canon anual a Bernie Ecclestone para poder celebrar la carrera. Entre 2008 y 2014, unos 184 millones de euros, según publicó Levante-EMV, que informó en exclusiva de que esa cuota anual, pactada en dólares, arrancó en 2008 con 19,4 millones de euros al cambio y fue creciendo hasta los 28,4, 31,2 y 34,3 millones en 2012, 2013 y 2014. Una segunda ayuda a Valmor se prestó a través del Circuit del Motor, que contrajo desde 2008 la obligación de realizar todos los trabajos de organización de la carrera. A cambio, Valmor debía abonar una contraprestación por servicios prestados. Esa deuda fue creciendo año a año hasta los 14,66 millones. Nunca se pagó. Llegó diciembre de 2011 y, con serias amenazas sobre un evento que estaba en la picota, el Consell otorgó la tercera y mayor de las concesiones. El Circuit se quedó con Valmor y asumió 23,87 millones de euros de pérdidas, el agujero que tenía la mercantil privada, entre otros esa deuda de 14,66 millones. La operación fue recomendada al Consell en un informe de la Sociedad Proyectos Temáticos „copromotora del evento„ sobre propuestas de reorganización del negocio. Se concluyó que «la única solución viable» era que la Generalitat gestionara «directamente el Gran Premio de Fórmula 1» por medio de una empresa pública. Lo cual pasaba por la fusión entre el Circuit y Valmor. Porque «dejar de celebrar el evento conllevaría „apunta el informe del Síndic„, además de la pérdida del impacto económico, la obligación de pagar 71.132.000 dólares de penalización, el importe de dos anualidades de canon». Cuestión que contó este diario y otros negaron. Como remate en la cadena de favores, el Consell se comprometió por contrato a no pedir responsabilidades a los empresarios que gestionaron el Gran Premio, en este caso los citados dueños de Valmor, pese al quebranto causado en las cuentas públicas.

El perdón se tradujo como «exención de responsabilidad civil de los administradores salientes». Otro compromiso, en aquella operación aprobada el 7 de diciembre de 2011 y escriturada el 7 de marzo de este año, asumido por el Consell era el de «no instar el concurso voluntario de la sociedad durante los dos años posteriores», así como «restablecer la situación de disolución» en la que estaba la firma privada.

Falta el estudio que avala la compra de Valmor

La fusión entre Valmor y el Circuit debía acometerse «a la mayor brevedad posible». Lo recomendaba el informe de la Sociedad Proyectos Temáticos que dio pie a que su consejo de administración avalara la compra por un euro. «A la conclusión de este trabajo, no se ha llevado a cabo» esa operación. Es una de las diversas irregularidades denunciadas por el Síndic de Comptes, Rafael Vicente Queralt, en su documento de fiscalización. El informe clave para decidir que la salvación de la Fórmula 1 pasaba por asumir el agujero de 24 millones «se apoya en un estudio realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas» y por «determinada información procedente de Valmor». El documento del IVIE «no ha sido facilitado» a la Sindicatura y los papeles de la empresa privada «no constan en el expediente». Ni se ha elaborado el no menos urgente Plan Estratégico de Explotación. f. a. valencia