El grupo italiano de música neonazi Killer Sorpresa tiene previsto actuar en Valencia el próximo viernes 11 de enero. El concierto está programado en la sala Black Note, considerada la meca de la música negra en Valencia y que goza de gran prestigio por su amplia oferta en soul, blues, jazz o funky. Cabe recordar que la Fiscalía ya ha actuado contra conciertos de música neonazi por incitar al odio, la violencia o la discriminación, y que las fuerzas y cuerpos de seguridad han detenido a promotores de actos similares. En los últimos años se han registrado actuaciones en este sentido en Barcelona, Tortosa o Sabadell.

Pocas dudas caben sobre la esencia nazi de la banda Killer Sorpresa (un macabro juego de palabras del Kinder Sorpresa). En su portal en internet se integran en la corriente del Rock Anticomunista con referencias explícitas al fascismo. Han actuado en conciertos neonazis en Italia y en su repertorio figuran canciones de exaltación a destacados líderes del movimiento nazi skinhead como Il Diamante Nella Polvere, dedicada a Ian Stuart Donaldson, cantante del grupo nazi Skrewdriver y fundador de la organización neonazi Blood & Honour, ilegalizada en España en 2010.

Otro ejemplo: la letra de su canción Fuoco e fiamme (Fuego y llamas) empieza con la expresión alemana Sieg heil!, utilizada en la Alemania del Tercer Reich en los encuentros políticos de masas y que en la actualidad representa una ofensa criminal en la legislación germana castigable con más de tres años de prisión. El resto de la canción pide «fuego y azufre» para «destruir las ciudades, como en los tiempos de Nerón», para «recuperar nuestra dignidad». La simbología y la estética de la banda se encuadran también en el movimiento neonazi.

Lugar de peregrinación

La alerta la ha dado la plataforma Acció Popular contra la Impunitat, formada por más de treinta organizaciones políticas, sociales, sindicales y culturales, que pide a los propietarios del local «que no den cobijo a este tipo de bandas que fomentan el odio y la intolerancia, y sobre todo, que no dejen que ese día el local se convierta en un lugar de exaltación del nazismo y el fascismo».

En segundo lugar, la plataforma emplaza a la Fiscalía a que «actúe para sancionar cualquier exaltación del nazismo que se pueda producir, así como a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que tomen las medidas oportunas para evitar problemas de orden público». Killer Sorpresa, denuncia Acció Popular contra la Impunitat, «forma parte de la escena musical neonazi» y por ello hay que evitar «que Valencia se convierta en un habitual lugar de peregrinación nazi y fascista adonde se puedan organizar este tipo de acontecimientos con total y absoluta impunidad».

En el cartel anunciador del concierto (23 h.) se indica que el acto contará con un homenaje, sin especificar el objeto del mismo.

"Yo vendo copas y pongo músicos; soy apolítico"

En las últimas semanas, representantes de colectivos contra la xenofobia han intentado convencer al propietario del club Black Note de que suspendiera el concierto de Killer Sorpresa. Pero no han tenido éxito. Contactado por este periódico, el gerente del local, Germán Valenzuela, explicó ayer que se enteró de la naturaleza fascista del grupo de música italiano cuando un intermediario ya le había contratado el local. Y no ha querido romper el contrato. «Nosotros alquilamos la sala y punto. Yo sólo soy el gestor del local y no me meto en sus planteamientos. Me dedico a vender copas y a poner músicos que alquilan el local. No me dedico a la política. Soy apolítico, y lo que los músicos digan depende de ellos y de sus seguidores. Y si hay cosas más delicadas, que intervenga quien tenga que intervenir», afirmó el gerente.

Valenzuela insiste en desvincular su local de aquello que pueda suceder en su interior. «Si a alguien le gusta o no, no es nuestro problema. Quien quiera venir al concierto, que venga. Y el que no, que no venga. Esto es una sala privada, no pública, y no tenemos la obligación de satisfacer a nadie. Sólo hacemos negocio. Y, a partir de ahí, nos lavamos las manos», afirmó el gerente de la sala, quien a pesar de todo subraya: «Nadie tiene que preocuparse de si estamos cambiando la línea de la contratación de los músicos».