Veintitrés años y 1.200 millones de deuda después, el modelo de cadena pública que nació el 9 d'Octubre de 1989 bajó ayer la persiana. Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) ejecutaba en sábado y por correo electrónico la tercera y última pata de su masivo expediente de regulación de empleo, el de Canal 9. Punto final a una agonía de más de un año que envía al paro a 843 de los 1167 profesionales (más del 70 %) de la televisión pública, entre ellos presentadores históricos y fundadores de 1989. Los más combativos, generalmente. Sólo siguen 324.

En los próximos días abandonarán la casa Xelo Miralles, primera presentadora del informativo de Canal 9 que en los últimos años dirigía el premiado espacio "Medi Ambient". También la periodista y escritora Esperança Camps, que puso voz al primer informativo de la radio pública; o Miquel Àngel Picornell, narrador de más de 700 partidos de fútbol en lengua propia. Rostros como los de Clara Castelló o Susanna Lliberós también desaparecen de la pantalla. Tanto Xelo Miralles como el veterano Manuel Jardí, elegidos miembros del consejo de administración de la futura RTVV, se encuentran entre los afectados por el proceso de adelgazamiento de la voluminosa plantilla, engordada sin medida durante dos décadas.

Según el recuento realizado por el comité de empresa, ya han abandonado la casa 1.050 trabajadores. Los 843 de ayer más 207 que ya han abandonado la casa, entre Ràdio 9 y el ente. En las próximas semanas habrá más salidas. En el nuevo grupo (las tres empresas se reducen a una el próximo marzo) quedarán unas 480 personas.

Según estaba previsto, "el funeral", como lo habían bautizado los propios periodistas, comenzó a las 10 de la mañana. A las críticas a la dirección por el mecanismo de despido anunciado -"sin un solo directivo dando la cara en la casa"-, se unió la frustración del momento: "Me voy por una purga ideológica. A los no afines al PP y los que ganamos plaza nos han echado porque no pueden disponer de nuestra voluntad", opinaba uno de los veteranos. Durante toda la mañana hubo "lloros, angustia e incluso gente que necesitó atención médica".

Muchas personas se marcharon ayer, pero todas las salidas no se producen de forma inmediata. Hasta el 7 de marzo habrá 430. El resto, escalonadamente hasta el 31 de agosto. Desde RTVV se reconoce que la transición va a ser complicada. Sin ir más lejos, el equipo desplazado a Vitoria para la fase final de la Copa de baloncesto tiene varios afectados, y el partido de hoy del Lucentum de Alicante no cuenta con operador de sonido, despedido ayer. También se ha suspendido la retransmisión prevista de la final de la Copa Generalitat de pilota de hoy. El problema, con todo, puede magnificarse en Fallas. Según las previsiones no confirmadas oficialmente, sólo quedan cinco cámaras y el equipo de sonido e iluminación prácticamente desparece para ser privatizado con el nuevo modelo. Queda un técnico de sonido y ningún iluminador. "Los técnicos no saben cómo van a conducir la programación a partir de mañana. Reina la imprevisión", critican.

El comité de empresa culpa de la "catástrofe" al PP y a los dirigentes José Vicente Villaescusa, Pedro García, López Jaraba y el actual, Alejandro Reig. "Una carnicería personal y sindical, con especial ensañamiento en los profesionales que pusieron en marcha la empresa en 1989", denuncia. El comité advierte de que a las cuatro demandas colectivas presentadas por los sindicatos se va a unir una avalancha de demandas individuales. Entienden que las condiciones (20 días por año con máximo de una anualidad) suponen un "castigo" frente a otros recientes ERE de empresas públicas.