Usted es penalista, ¿qué cambiaría del Código Penal?

Yo le quitaría muchas cosas que me parecen absolutamente innecesarias y conservaría otras que el proyecto de reforma elimina. Si uno cree en el sistema de libertades ha de ser muy cuidadoso con la redacción de cada tipo penal y no se ha sido. Creo que las penas están sobredimensionadas y hay castigadas muchas cosas que no hace falta como la responsabilidad penal de las sociedades. Esa responsabilidad es injusta porque a lo mejor se castiga a una sociedad en la que la mayoría de los socios son inocentes y la condena recae sobre todos.

¿Qué le parecen las peticiones de cadena perpetua alimentadas por la alarma social?

Alarma social... El Tribunal Constitucional dijo que es un criterio contrario a la Constitución y aquí es el único que nos preocupa. Hay cosas que la gente cree muy necesarias y no sirven para nada, y otras que no se valoran y que son las útiles.

¿No le preocupa que se vaya a penas más largas?

Han optado por la prisión perpetua revisable. En Alemania la prisión perpetua revisable no dura más de 20 años. En España, la revisión aparece a los 25 años y los estudios psicológicos muestran que estadísticamente por encima de los 15 años se corre un grave peligro de destrucción de la personalidad. Yo creo que no son necesarias esas penas. Sin ellas tenemos unas de las delincuencias más bajas de Europa.

¿Cuál es su opinión del indulto al kamikaze?

Creo que los indultos han de tener una justificación. Es una potestad que no está en manos de los jueces, pero no puede ser ejercida arbitrariamente. La ley actual del indulto no recoge criterios que los regulen y no es difícil. Hay veces que la pena se hace innecesaria porque se impone diez años después y el acusado se ha resocializado. A mí no me parece bien cómo se dan los indultos. A veces el tribunal sentenciador pide el indulto y no se concede. O al revés.

En este caso, la Audiencia y la fiscalía se opusieron al indulto.

Se da y no se sabe por qué. Si hay alguna razón para darlo que se explique.

Usted participó en un proyecto de reforma de los partidos judiciales de la Comunitat Valenciana que no se llegó a aplicar. ¿Cómo ve el actual modelo? ¿Es obsoleto? ¿Deberíamos ir a un partido único como defiende el juez decano de Valencia, Pedro Viguer?

Cuando yo participé en ese proyecto —en 1987— la idea era concentrar. Eso no lo llevamos hasta el final porque políticamente es muy difícil. Cuando tú quitas de un pueblo un juzgado se te subleva. Creo que debemos aprender que la Justicia requiere una estructura adecuada. Hemos de superar nuestro afán porque nuestro pueblo sea el mejor para que el sistema funcione. Un partido único para toda la provincia es excesivo, pero sí que hay que reducir el número.

Superar el afán de que mi pueblo sea el mejor en la C. Valenciana parece complicado. Aquí siempre somos los mejores en todo.

Es cierto que en la Comunitat Valenciana es un poco exagerado, pero sucede en toda España.