Lo primero que hizo Esteban González Pons cuando llegó a la conselleria de Territorio fue proclamar su declaración de intenciones en ese complicado destino: "voy a hacer un urbanismo de ladrillo verde. Una política sandía, verde por fuera y rojo corazón por dentro". Pons tomó el relevó de Rafael Blasco, de quien heredó, entre otros asuntos, una cita pendiente con dos señores que, a principios de junio, se plantaron en el despacho del nuevo conseller para poner a prueba la citada política sandía.

Eran Iñaki Urdangarin y el inversor y promotor inmobiliario Enrique Bañuelos, que iban a proponerle el plan "Valencia olímpica, Proyecto Puerta de l'Albufera". Lo explicó el hoy vicesecretario de Estudios y Programas del PP al juez José Castro en su declaración del martes como testigo del caso Nóos. Según fuentes presentes en la declaración, el sueño olímpico y urbanístico del yerno del Rey salió a relucir porque en uno de los correos entregados en el juzgado por su socio Diego Torres se aludía a la cita entre Urdangarin y González Pons. Una reunión que le había quedado pendiente a Blasco, quien mantuvo un primer contacto con el duque y con el hombre que creó el imperio Astroc y, tras vender sus acciones, se trasladó a Brasil.

Las mismas fuentes indicaron que el entonces conseller de Territorio explicó que Urdangarin y Bañuelos proponían que el Consell desprotegiera la Albufera y reclasificara buena parte del suelo incluido en el parque natural para urbanizarlo con las 2.500 casas que pretendían construir. A cambio, el Instituto Nóos y la Fundación Metrópoli, que era el instrumento con el que Bañuelos se asoció al organizador del Valencia Summit, se comprometían a limpiar el lago. También ofrecían la contrapartida de un puerto deportivo -con 1.200 amarres- y la construcción de un campo de golf.

Pons les advirtió, según declaró en el juzgado, que su propuesta era irrealizable, una barbaridad. Relató ante el juez que les explicó a quienes lo visitaron que remover los sedimentos del fondo como planteaban era casi la muerte del lago. También les recordó que ya existe un campo de golf en el Saler y que la Copa del América conllevaba obras en el Puerto -que generaban amarres en la dársena- según consta en el interrogatorio del juez Castro a González Pons.