El Consell Agrari de Benicarló vivió el pasado lunes la reunión más tensa de los últimos tiempos. La situación vino provocada por el escrito presentado por el presidente de la Fepac-Asaja Benicarló, Francisco Vallés, quien solicitaba la dimisión de los concejales delegados de Agricultura, Eduardo Arín, y Seguridad, Marcos Marzal.

La sesión se tradujo en un debate intenso en el que se resolvió dar "un toque de atención" a ambos concejales.

Así lo explicó el presidente local de la Unió de Llauradors, Miguel Piñana, quien indicó que se les había requerido para que forzaran un incremento de los esfuerzos de vigilancia del campo benicarlando.

"Pedimos que hubiera más sensibilidad con el campo y que el área de agricultura pese lo que realmente tiene que pesar en Benicarló, teniendo en cuenta que actualmente es uno de los principales motores económicos de al ciudad", señaló Piñana.

Según el representante de la organización agraria, "La Unió no puede pedir la dimisión de los ediles por una causa puntual y personal de uno de los integrantes".

"Algo más de lo que hacen"

Por su parte, el representante de Fepac-Asaja en Benicarló, Francisco Vallés, negó que hubiera reclamado la dimisión de Arín y Marzal, aunque refrendó que la sesión del lunes fue tensa y que el debate alrededor de la seguridad en el campo provocó algunos "rifirrafes" entre los asistentes y los ediles presentes, a quienes "se cuestionó" su trabajo.

En este sentido, Vallés reconoció que los agricultores "quisiéramos que hicieran algo más de lo que se está haciendo, aunque no se pueden cargar culpas sobre los ediles porque ellos son simplemente los gestores de un área que les ha sido delegada por parte del alcalde, Marcelino Domingo. Y en todo caso, no somos quien para pedir la dimisión de un alcalde que ha votado el pueblo", concluyó.

Por su parte, el edil Eduardo Arín pidió máxima coordinación entre los cuerpos de seguridad para ser más efectivos en la lucha contra los robos en los campos, según trascendió.