Publicado el 17 de marzo de 2007

Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) ha negado al perito judicial que ha elaborado el informe sobre el accidente del metro en el que murieron 43 personas que la unidad 3736 que volcó hubiera tenido incidentes anteriores. «Sobre el histórico del servicio de la unidad descarrilada [señala] que no ha tenido descarrilamientos anteriores porque así le han contestado en Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana a esta pregunta», según consta en el Acta de ratificación del informe pericial de la comparecencia del perito, Andrés Cortabitarte, realizada el pasado lunes ante una quincena de letrados que representaban a las familias de las víctimas y a FGV.

Sin embargo, tal como publicó Levante-EMV, la unidad de tren articulado (UTA) 3736 donde viajaban la mayoría de víctimas tuvo, como mínimo, un descarrilamiento anterior, tal como se observa en la fotografía que acompaña a esta información. Tras el siniestro del 3 de julio, algunos maquinistas señalaron a este periódico que la UTA 3736 había descarrilado varias veces, entre Torrent y Picassent y otra en Moncada. En el caso de que les fallara la memoria, la imagen revela que al menos en una ocasión el tren donde viajaban la mayoría de las víctimas sí que descarriló.

Por otra parte, el perito judicial también señaló en su comparecencia que «no se ha podido comprobar si el sistema de frenado estaba bien o no debido a que tanto el boogie como las tuberías estaban rotas», según reconoció el experto a uno de los abogados que representa a las víctimas durante su comparecencia.

El sistema de frenado no ha sido el único elemento que la pericial no ha podido examinar con exactitud ya que el manipulador o regulador [la palanca con la que se frena o acelera en las unidades de tren articulado (UTA)] «tampoco se ha podido analizar, ni su relación con la rueda ni con los frenos, porque estaban destrozados». Al parecer, si se intentara reconstruir estas piezas se manipularían las pruebas.

A preguntas de otro letrado el mismo perito judicial, Andrés Cortabitarte, asegura que «examinado el material de la unidad, los frenos y el boogie eran correctos» y no provocaron ningún problema durante la jornada previa al accidente. Añade, que en las circunstancias en las que se dió el siniestro (el tren circulaba a a 81 kilómetros por hora cuando entró en la curva), aunque se hubiera accionado el freno éste tarda «entre 3 y 7 segundos en actuar» por lo que aunque se hubiera accionado «desde la [señal de] limitación de velocidad [a 40 km/h] ya nos hubiéramos comido la curva».

Ante estas evidentes contradicciones entre algunas de las afirmaciones y los puntos «oscuros» que aún penden sobre algunas circunstancias que han podido intervenir en el accidente, los letrados de las familias de las víctimas solicitarán que amplíen las diligencias previas de investigación que realiza el juzgado de instrucción número 21 de Valencia.