La consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, reconoció ayer que no tiene "ningún problema" en volver a reunirse con los familiares de las víctimas del metro aunque considera que el tema está "cerrado". Para Bonig las últimas revelaciones sobre el accidente del metro (los informes de las UTA y el tercer descarrilamiento silenciado ya se conocía) "ya se conocían. Si hay datos nuevos que vayan a los tribunales". Por otra parte, FGV remitió ayer una copia del libro de averías de talleres en el que se demuestra que el tren que entró "largo de frenos" no era la UTA 3736, la del accidente, sino una unidad Babcock Wilcox, la 3606. El listado entregado a los sindicatos era "una copia" en la que la numeración de los trenes no se veía completa, lo que indujo a un error de interpretación.