Carmen Herrero y Antonio Villar, catedráticos de la Universidad de Alicante y la Universidad Pablo de Olavide y directores de esta investigación del IVIE, dieron ayer la voz de alarma sobre cómo se ha dado la vuelta a la tortilla del crecimiento en la Comunitat Valenciana. Es una de las autonomías azotadas por el pinchazo de la construcción, la hostelería y el turismo. Está en la España lenta de las dos velocidades, una desigualdad que no tiene visos de armonizarse. Pero tiene otros problemas que merecen atención urgente.

Según afirmó Antonio Villar, la Comunitat Valenciana arrastra "problemas muy serios de déficit, en parte por gastos mal diseñados pero también porque desde el principio -pasando por todos los gobiernos autonómicos- tenemos un sistema de financiación injusto". El catedrático aseguró que no entiende "cómo hemos soportado" tantos años un sistema que no se prevé modificar hasta 2015, dijo, pese a que es "necesario el cambio" para los intereses valencianos.

Sobre los gastos mal diseñados -"todos pensamos en cuáles son", dijo con media sonrisa este colaborador del IVIE-, Antonio Villar lamentó que "en los años de bonanza hubo algunas alegrías que quizá habría que repensar". Que se ha abusado de construir "palacios, carreteras o trenes" que "pagamos todos, no el vecino". El investigador confía en que "la crisis ayude a hacernos más conscientes y exigentes ante el político que se va y deja el déficit a otros para que se apañen". Es decir: una cultura más responsable del dinero público.

Una FP poco "atractiva"

Por su parte, la catedrática Carmen Herrero criticó que los recortes se están aplicando de forma horizontal en todos los sectores, sin apostar por nada en concreto y afrontar la reforma "como un cambio estructural". También echa en falta una FP más "atractiva": hay demasiados titulados universitarios y pocos profesionales para el mercado laboral.