La Guardia Civil detuvo el miércoles al expresidente del Club Deportivo Castellón, José Laparra, en la localidad de Magallón (Zaragoza) por un presunto delito de allanamiento de morada al asaltar la vivienda de una pitonisa para recuperar más de 145.000 euros que le pagó a cambio de un conjuro de amor que, al parecer, no funcionó.

Según la Benemérita, el empresario, acompañado por otros tres hombres y una mujer que también fueron arrestados, se desplazó de Valencia a Magallón con una microcámara oculta en un botón para conseguir que la pitonisa reconociera los términos del contrato verbal que habían pactado a fin de utilizar la grabación en un juicio. Sin embargo, al llegar a la vivienda de la vidente, el grupo decidió actuar, supuestamente, con violencia e intimidar a los ocupantes para exigirles la devolución del dinero, por lo que también se les imputa un delito de amenazas con arma de fuego, extorsión y pertenencia a grupo criminal. Al parecer, los detenidos se sirvieron de pañuelos y trapos para registrar la vivienda sin dejar huellas que pudieran identificarles.

Los cinco arrestados estuvieron prestando ayer declaración en los juzgados de Zaragoza hasta las ocho de la tarde y, según informó la agencia Aragon Press, Laparra reconoció que fue a recoger el dinero pero porque así lo acordó con la mujer. También reconoció el encargo que le hizo pero apuntó que no era de amor, sino por otro asunto. Los cinco quedaron en libertad sin fianza y bajo una orden de alejamiento de la pitonisa.

La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza, tras estas declaraciones, decidió anoche dejar en libertad a todos los acusados. Además la juez ha decretado una medida de alejamiento prohibiéndoles acercarse a menos de 500 metros del domicilio de Vicente M.L. y su hija Lucía M.G., así como la comunicación con ellos por cualquier medio. También tendrán la obligación de presentarse en dependencias judiciales los días 1 y 15 de cada mes y comunicar su paradero.

Laparra y la vidente se conocieron a través de la mujer arrestada, quien le informó de los servicios de asesoramiento, ya que el expresidente del CD Castellón quería resolver asuntos personales. Un servicio que aceptó realizar, pero por el que Laparra debía pagar una elevada cantidad de dinero que fue abonada, en efectivo, en la ciudad de Valencia.

Debido al paso del tiempo y al no obtener los resultados esperados con los rituales contratados, Laparra trasladó a la pitonisa su disconformidad, no llegando a una solución, motivo por el que decidió trasladarse junto con cuatro personas más hasta Magallón para recuperar el dinero. Entonces, entraron en el domicilio sin consentimiento, exigieron la devolución del efectivo con amenazas y al hacerle entrega el padre de parte de la cantidad solicitada y no corresponderse con lo reclamado registraron la casa.

Fue el padre quien avisó a los agentes de la Guardia Civil quienes, tras varias llamadas insistentes, lograron que el propietario abriese la puerta con un evidente estado de nerviosismo. Su hija, la pitonisa, se encontraba escondida en la planta superior de la vivienda por miedo a las personas que habían accedido al domicilio sin su autorización, con motivo de un supuesto cobro de una deuda. Los agentes procedieron rápidamente a verificar el estado e integridad de su hija, que estaba escondida bajo el colchón de una habitación en perfecto estado físico pero muy nerviosa y alterada.

Asimismo, los agentes procedieron a la identificación de todas las personas que estaban en la casa y a Laparra le intervinieron más de 22.500 euros en efectivo y la microcámara. También hallaron en el interior del bolso de la mujer un arma y localizaron los más de 145.000 euros distribuidos por la vivienda: estaban en el interior de una bolsa de tela bajo el mantel de una mesa, en el interior de una cómoda y en dos habitaciones.

Los detenidos son José Francisco Laparra, de 46 años, J. J. R. F. de 27 años, J. A. R. de 42 años, Y. L. de 25 años y nacionalidad marroquí y una mujer C. F. G., de 50 años, todos ellos vecinos de Valencia.