Compungido y nervioso. El empresario y expresidente del CD Castellón José Laparra, que el pasado miércoles fue detenido en la localidad zaragozana de Magallón tras acceder presuntamente junto a otras cuatro personas a la vivienda de una pitonisa, difundió ayer su versión sobre el suceso que en las últimas jornadas ha conmocionado a la sociedad valenciana por lo rocambolesco de la historia.Tras ser arrestado el miércoles, José Laparra está en libertad con cargos desde el sábado y tiene en vigor una orden de alejamiento que le impide acercarse a menos de 500 metros del domicilio de la vidente.

Mal de amores o negocio fallido, lo cierto es que Laparra aseguró ayer sentirse "destrozado" por la trascendencia que ha alcanzado el caso y matizó algunas de las informaciones que han aparecido en las últimas jornadas relacionadas con el incidente que le mantuvo dos días en los calabozos de la Guardia Civil.

A pesar de que según la Benemérita en el momento de su detención Laparra portaba una microcámara oculta, el exdirectivo albinegro negó ayer estos términos e incluso aseguró "desconocer" que la mujer que lo acompañaba cuando accedió a la vivienda de la vidente llevaba oculta el bolso una pistola simulada.

Laparra también niega haber entregado a la pitonisa 165.000 euros para que esta le preparara un conjuro para enamorar a una tercera persona que, sin embargo, no tuvo el efecto deseado.

"La única verdad es que sí hice una inversión en una empresa que sí se dedicaba al tarot y a este tipo de rituales, pero de ahí a que yo haya pagado 165.000 euros por amor, pues es una barbaridad", afirmaba. Laparra explicó que inicialmente invirtió el dinero en la empresa de la vidente y, al sentirse engañado, intentó recuperar su aportación.

"Fui a cobrar sin mala fe"

El industrial niega que él o sus acompañantes recurrieran a la violencia para tratar de recuperar el dinero cuando accedieron a la casa de la vidente en Zaragoza. "Soy un empresario, hice una inversión, me sentí estafado y fui a cobrar de la mejor manera, sin ningún tipo de mala fe", puntualiza Laparra que, en relación al hecho de que se apuntara a un conjuro contra el mal de amores como detonante del incidente, insiste en que "ha sido como una especie de venganza de ella -la pitonisa- que, de hecho, ante la Guardia Civil reconoció que me debía ese dinero".

"No es justo que se esté jugando con lo que se está jugando", añade el empresario con la voz entrecortada, ligeramente afectado.

El encausado está llamado hoy a acudir a los juzgados de Castelló debido a que está imputado por un presunto delito societario cuando estaba en la directiva del CD Castelló. Laparra ha alegado "motivos psicológicos" para eludir la declaración.